Políticas

8/9/2017

CFK en Villa Corina, un feudo kirchnerista con pobreza estructural

Sin hacerse cargo de su responsabilidad


Cristina Kirchner retomó hoy su campaña a senadora con una recorrida por el humilde barrrio de Villa Corina, en Avellaneda. No fue un acto masivo ni una recorrida por las casas sino dos encuentros, en la Técnica 2 y en el Polideportivo Gabino Alegre, absolutamente dominados por los punteros del intendente Jorge Ferraresi, uno de sus laderos más fieles.


 


La candidata se fotografió junto a chicos que reciben el programa asistencial Envión, y a otros vecinos movilizados bajo la batuta de los punteros.


 


Repitió aquí los discursos donde pretende encarnar un voto contra el ajuste de Macri y Vidal. Pero mal puede Cristina desentenderse de la miseria enorme que se ve por Corina.


 


El barrio se ha transformado de zona industrial en un cementerio de fábricas. En los doce años que, a nivel nacional y provincial gobernó el kirchnerismo junto a intendentes también de su signo político, la única actividad económica que creció en la zona es el cartoneo para rebuscarse un plato de comida. Los carros y caballos de los recolectores son la postal que domina el barrio.


 


La mayor parte del barrio se inunda ante la primera lluvia, al igual que gran parte del distrito. La mayoría de los vecinos carece de cloacas y de agua potable. Muchísimas viviendas son de chapa, las calles o carecen de asfalto o están llenas de baches y el Camino General Belgrano, que la atraviesa, es una estrecha ruta provincial de alto tránsito de camiones y colectivos que tiene un estado desastroso y donde se producen frecuentes accidentes.


 


Ferraresi y CFK están invalidados por su accionar para ser vehículos de reclamo de las grandes carencias de los barrios, ya que en el cénit de su poder e influencia no movieron un dedo para transformar esa realidad.


 


Las cooperativas de trabajo precario y las medidas asistencialistas del gobierno kirchnerista, todas mantenidas por Cambiemos, no abren solución alguna a esta pobreza estructural. Ferraresi gobierna para los grandes intereses empresarios en Avellaneda. Le cede tierras municipales a la operadora portuaria Exolgan y convive con la contaminación enorme que vierte Shell sobre la población.


 


El abandono que se ve en Corina está replicado en Dock Sud, Villa Tranquila, Villa Inflamable y otras barriadas populosas del distrito.


 


Los recientes presupuestos de Vidal, que fueron votados por los legisladores de CFK y los intendentes del PJ, condenan a la provincia a mantenerse sumergida en su situación actual de nula infraestructura contra las inundaciones y de nulo acceso a la vivienda y a la urbanización para los millones de bonaerenses que carecen de ella.


 


Si bien la decadencia del barrio precede a los Kirchner, y viene en retroceso desde cierres de fábricas como Sasetru en los 80, la situación no ha hecho más que agravarse.


 


Los dos años de gestión del PRO no han traído mejora alguna a Corina, ni a cientos de barriadas populares de la provincia que viven en las mismas condiciones. El mismo abandono se ve en decenas de barrios de distritos vecinos como Lanús o Quilmes donde la intendencia la ganó Cambiemos.


 


Los tarifazos y despidos, el avance de la recesión económica –que comenzó bajó el gobierno de CFK– han agravado notablemente la situación en estos barrios.


 


Para enfrentar a quienes han gestionado este retroceso en la provincia, como alternativa política independiente de los trabajadores frente a los bandos patronales responsables del ajuste, debemos impulsar al Frente de Izquierda y, en particular, al Partido Obrero, la única de sus fuerzas que se organiza en las barriadas del conurbano dominadas por el desempleo y el trabajo precario.


 


Nuestro programa plantea: suspensión del pago e investigación de la deuda provincial; impuestos progresivos sobre las grandes riquezas del campo y la ciudad; plan de obras públicas y de construcción de viviendas con puestos de trabajo bajo convenio, organizando su ingreso mediante bolsas de trabajo de los vecinos desocupados, como lo vienen reclamando el Sitraic y el Polo Obrero.