Políticas

27/8/2009|1097

CHACO | Gran acampe campesino-aborigen-piquetero

Más de 1.400 campesinos, la mayoría indígenas de la Unión Campesina, la Comisión Zonal de Tierras de Pampa del Indio, la Asociación Cacique Taigoyíc, junto a las organizaciones del movimiento piquetero chaqueño, están acampando hace semanas en la plaza frente a la Casa de Gobierno provincial.

El acampe se da en el marco del desastre agrario provocado por la sequía en el campo y por el recrudecimiento de la miseria social en las ciudades. Junto a las carpas de indígenas y campesinos, se ubican las de los ladrilleros, los medios de comunicación comunitarios, los choferes de la Ucra y decenas de carpas de desocupados, que tuvieron que volver a la plaza como consecuencia del incumplimiento de los compromisos firmados por Capitanich luego de diez días de acampe hace unas semanas.

Capitanich, mendigo y bolsonero

La provincia está en rojo. Como consecuencia de la caída de la coparticipación, el déficit proyectado, según Ecolatina, es de 585 millones de pesos más del 10% del presupuesto, ya que el 90% del presupuesto proviene de Nación. Este hecho retrata el fracaso de décadas de gestión radical y peronista: el Chaco vive de prestado. Por primera vez desde 2002 se fraccionó el pago de sueldos de la provincia y se anunció un bono provincial “Libertad” para proveedores; el fantasma del Quebracho de 2001 sobrevuela en los medios y entre los trabajadores. El INSSEP (la obra social y la caja jubilatoria) está en rojo creciente, lo que ha llevado al paro de las prestadoras y de la federación de médicos. Así, la mayor parte de los trabajadores públicos chaqueños está sin su obra social y con la amenaza de una reforma previsional -”armonización”- que es un golpe a las conquistas jubilatorias expresadas en los regímenes especiales. Los municipios y las empresas provinciales (SECHEEP y SAMEEP) aplican sus propios tarifazos.

Capitanich está tratando de acceder a los nuevos programas anunciados por Cristina, de 1.000 pesos, pero dividiéndolos por dos, y de esa manera contener el volcán social que genera el incremento de la miseria como consecuencia de la crisis. Capitanich no creó los 100 mil puestos que prometió, por el contrario, llevó a la mayoría de los chaqueños a vivir de la asistencia social.

Los trabajadores no están pintados

Mientras las cosas aumentan, la burocracia de UPCP se integra al gabinete de Capitanich. El mismo camino parece insinuar Utre-Ctera, candidateado a la cartera educativa, para aplicar una ley provincial de educación de alteración del nomenclador, golpeando a las escuelas medias. Ya anunciaron los descuentos por paros, pero los docentes reclaman el aumento salarial y Atech y Sitech fueron al paro por tercera vez este 25 de agosto. Los estatales se están amotinando contra su conducción gremial: hubo movilizaciones al sindicato, hay paros parciales en los distintos ámbitos y se producen reagrupamientos de activistas, delegados e incluso de sindicatos bajo la presión salarial, la amenaza sobre el INSSEP y la agitación de los contratados que se organizan y eligen delegados. Los tres gremios judiciales, están en un proceso de huelgas reclamando el aumento salarial. Los trabajadores de los hospitales y los centros de salud, los médicos, técnicos y auxiliares de Apstasch están en plan de lucha. En las fábricas hay un proceso de recomposición del activismo: en la textil Platex tuvieron que reincorporar a los activistas que pararon la planta contra el sindicato y la comisión interna; en Reposar, los químicos lograron el reencuadramiento de comercio a químicos; en el frigorífico Toba, los trabajadores lograron mejoras salariales y en las condiciones de trabajo frente a una planta reactivada.

Congreso obrero-campesino y aborigen

Es necesaria una alternativa al derrumbe del régimen de Capitanich y Rozas, que ha destruido literalmente la provincia, entregando fraudulentamente la tierra pública, favorecido el desmonte y la sojización del Chaco. Hay que meterles impuestos a los sojeros, capitalistas y terratenientes, para que el Chaco tenga agua, vivienda y un plan de desarrollo agrario e industrial de reorganización provincial bajo la dirección de los trabajadores y los campesinos pobres. Hoy el Chaco es el paraíso de los explotadores: exenciones de todo tipo a los capitalistas y obreros precarizados, que son superexplotados o sobreviven por la asistencia social. Necesitamos dotarnos de una herramienta que elabore un programa frente a esta brutal crisis. Necesitamos un congreso obrero, campesino y aborigen. Con la unidad de los explotados del campo y la ciudad podemos dar vuelta la tortilla para que la crisis la paguen los capitalistas.

F.G.