Políticas

27/5/2004|852

Chaco, ¿se viene el estallido?

Mientras el aparato oficial se preparaba para festejar en Sáenz Peña los diez años de Convergencia Social -la línea interna de la UCR fundada por Rozas que lo llevó al gobierno en el ’95- decenas de miles de trabajadores chaqueños protagonizamos un impresionante paro activo de 48 horas en demanda de una urgente recomposición salarial de 250 pesos.


La medida de fuerza conjunta se impuso en los hechos. Fue convocada obligadamente, y con distintas variantes, por todas las organizaciones de estatales y desocupados de la provincia. Se licuó así, de un plumazo, un intento de sustituir la lucha de todos por una juntada de firmas por más presupuesto para educación.


Comenzado el jueves 20 a la mañana con actos en toda la provincia y una concentración central frente a la Casa de Gobierno en la que partipamos más de 6.000 compañeros que luego nos movilizamos por las calles de Resistencia, el paro creció aún más el viernes, con la incorporación de los docentes de Atech –que realizaron actos públicos en Resistencia y en las plazas del interior provincial-, y una masiva concentración de todas las organizaciones convocantes frente al Hospital Perrando de Resistencia dio el cierre a la segunda jornada.


El debut de la CGT


Mientras los distintos oradores prometían la continuidad de la lucha con medidas de fuerza aún más duras (evacuación de hospitales y toma de escuelas), el Consejo Directivo de la CGT-Chaco se bajaba del plan de lucha por los $ 250 y bloqueaba la virtual huelga general, que hubiera ocurrido con la sumatoria de la UTA y los demás gremios privados.


El “ofrecimiento” del gobierno provincial –cesar la intervención de la Dirección Provincial de Trabajo y reflotar un Consejo de Seguimiento del Salario del Empleado Público, que no funcionó nunca desde que fue creado, hace diez años- bastó para convencer rápidamente al secretario general de la “nueva” CGT, el opositor Julio Lorenzo (jerárquicos provinciales, PJ), de buscarse un lugarcito bajo el sol oficial. Lo mismo hacía el dirigente de la vieja burocracia Jacinto Sampayo (Federación de municipales), que entregaba por 30 pesos la lucha de los municipales de Resistencia.


Preparemos la huelga general


A pocos meses de asumido, el gobierno provincial no parece dar pie con bola.


Los medios “explican” el empantanamiento de Roy Nikisch como la consecuencia de los intentos de exorcizar el fantasma del “Jefe” (Rozas).


Pero es el temor a que cualquier medida impopular encienda la mecha lo que hace que Nikisch se encuentre paralizado. Esto, a pesar de que la quiebra del boom sojero y el parate de la pseudoreactivación no se han hecho sentir todavía en la provincia y que la coparticipación mensual se triplicó en mayo –con 149 millones de pesos-.


A pesar de cacarear con el lanzamiento de una política “agroindustrial” y de “realgodonerización” de la provincia, Nikisch no sale del marasmo en que lo colocan la pesificación de la monstruosa deuda provincial –más de 4 mil millones-, el corsé del Programa de Financiamiento Ordenado (PFO) y la falta de refinanciación de los más de 700 millones de pesos de deudas municipales.


En este marco, las numerosas organizaciones y los trabajadores debemos reclamar que la CGT rompa con el gobierno y convoque a un Congreso de Delegados de Base.


La masividad y contundencia de la movilización de la semana pasada no admite dilaciones. Se cayó la excusa de que la base “no da”. Las organizaciones convocantes debemos profundizar la lucha y conminar a la CGT.