Políticas

9/10/1997|560

Chau ‘estabilidad’

Mientras los impostores del gobierno y de la Alianza no tienen reparos en jurar que la ‘estabilidad’ está más allá de la confrontación entre los partidos, los diarios van ‘entibiando’ el ambiente de a poco, para que la yerba no se arruine con la primera mateada.


“Presionan fuerte empresarios en Brasil para que devalúen”, titula Ambito Financiero (2/10). El día anterior, uno de sus principales analistas anunciaba que “No pasará mucho para que se hable de devaluar el peso”. El lunes 6 fue el propio Banco Mundial quien advirtió, según la CNN, que la elevada deuda pública latinoamericana amenazaba con desatar una crisis como la que asola al Sudeste asiático.


Es precisamente lo que ocurre en Asia lo que permite explicar con anticipación la inminente crisis cambiaria por nuestras tierras. El tendal de bancos e industrias en quiebra que sigue dejando la crisis asiática, ha sido el principal elemento del que se han valido los capitales europeos y norteamericanos para impulsar una ‘desregulación’ económica que los deje con el control total de aquellas naciones. El enfrentamiento del FMI con Japón, a raíz de la propuesta de éste de instalar un fondo asiático de rescate para las empresas en bancarrota, así lo demuestra. El ‘efecto tequila’, de 1994, sirvió para profundizar la extranjerización económica en México y en la Argentina, pero aún falta mucho por hacer en estos países, no hablemos ya de Brasil o incluso Chile.


Que el déficit de la cuenta corriente del balance de pagos se haya disparado, en la Argentina, a los 15.000 millones de dólares (El Cronista, 2/10), es una indicación clara de que se marcha a la cesación de pagos, preludio de la crisis cambiaria. Pero a diferencia de lo ocurrido en 1995, esta vez ya hay cuatro millones de desocupados que no fueron ‘reabsorbidos’ por la ‘reactivación’ y una deuda externa incontrolable de 150.000 millones de dólares.


Los deudores de la Argentina se creen cubiertos por la ‘ley de convertibilidad’ y por una serie de seguros contratados por el gobierno, y es por eso que no cuentan con una cobertura propia contra la devaluación. El despertar será duro, entonces, porque como lo demuestra el vaciamiento del Banco de Crédito Provincial, de la ‘santa familia’ Trusso, el control del Banco Central vale poco menos que cero.