Cheek, el embajador de IBM
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¿No es curioso el ‘bajo perfil’ que está interpretando el embajador norteamericano en la crisis política gubernamental y en la guerra que se ha desatado entre las mallas de las más diversas procedencias?
Algunos comentaristas se han apresurado a sacar la conclusión de que la conducta del virrey gringo obedece a que, en las presentes circunstancias, el gobierno norteamericano estaría apoyando a Menem frente a Cavallo. Pero quizás las verdaderas razones sean menos ‘principistas’.
Ya denunciamos algunos números atrás que la justicia norteamericana estaba poniendo obstáculos los requerimientos del juez argentino, Bagnasco, para interrogara los directivos de la casa central de la International Business Machine en relación al desfalco del contrato informático firmado con el Banco Nación. El viernes pasado, el senador radical, Leopoldo Moreau. le dijo a La Razón que “el Departamento de Justicia no ha hecho absolutamente nada para dar las informaciones que le han requerido para este caso, como para saber quién es el titular o los titulares en listados Unidos donde.se recibió parte del retorno o coima”. Esto ocurre a pesar del acuerdo de asistencias recíprocas en causas penales, firmado entre los dos países, que obliga a dar automáticamente esta información.
Moreau destaca también el hecho de que lo mismo está pasando en el caso de la venta argentina de armas a Croacia y con las exportaciones fraudulentas de oro, cuyas coimas pasaron por el mismo banco. Así como IBM es una empresa norteamericana, aun en este período de ‘globalización’ que dice que los capitales no tienen patria, Croacia fue la quinta columna de Estados Unidos en la guerra balcánica. Fuertes razones, ambas, para evitar cualquier ‘transparencia’ de la clase que parece reclamar el Banco Mundial a sus colonias.
En resumen, los ‘culebrones’ criollos llegan hasta las esferas más íntimas de Wall Street y la Casa Blanca. Esto ya había ocurrido, aunque en una escala considerablemente menor, con uno de los hijos del ex presidente Bush, que estaba, él también, íntimamente ligado al menemisnio.