Políticas

7/11/1996|518

Cheek, el embajador de IBM

¿No es curioso el ‘bajo perfil’ que está interpretando el embajador norteamericano en la crisis política gubernamental y en la guerra que se ha desatado entre las mallas de las más diversas procedencias?


Algunos comentaristas se han apresurado a sacar la conclusión de que la conducta del virrey gringo obedece a que, en las presentes cir­cunstancias, el gobierno norteame­ricano estaría apoyando a Menem frente a Cavallo. Pero quizás las verdaderas razones sean menos ‘principistas’.


Ya denunciamos algunos nú­meros atrás que la justicia norte­americana estaba poniendo obstáculos los requerimientos del juez argentino, Bagnasco, para interro­gara los directivos de la casa central de la International Business Machi­ne en relación al desfalco del con­trato informático firmado con el Banco Nación. El viernes pasado, el senador radical, Leopoldo Moreau. le dijo a La Razón que “el Departa­mento de Justicia no ha hecho absolutamente nada para dar las informaciones que le han reque­rido para este caso, como para saber quién es el titular o los titu­lares en listados Unidos donde.se recibió parte del retorno o coi­ma”. Esto ocurre a pesar del acuer­do de asistencias recíprocas en cau­sas penales, firmado entre los dos países, que obliga a dar automáticamente esta información.


Moreau destaca también el he­cho de que lo mismo está pasando en el caso de la venta argentina de armas a Croacia y con las exporta­ciones fraudulentas de oro, cuyas coimas pasaron por el mismo banco. Así como IBM es una empresa norteamericana, aun en este perío­do de ‘globalización’ que dice que los capitales no tienen patria, Cro­acia fue la quinta columna de Estados Unidos en la guerra balcánica. Fuertes razones, ambas, para evitar cualquier ‘transparencia’ de la cla­se que parece reclamar el Banco Mundial a sus colonias.


En resumen, los ‘culebrones’ criollos llegan hasta las esferas más íntimas de Wall Street y la Casa Blanca. Esto ya había ocurrido, aunque en una escala considerable­mente menor, con uno de los hijos del ex presidente Bush, que estaba, él también, íntimamente ligado al menemisnio.