Políticas

26/4/2018

Chubut: un ministro misógino al servicio del ajuste

Sobre el audio escandaloso de Sergio Mammareli, coordinador de Gabinete.

“Me faltan 700 palos. ¿Qué hago? ¿De dónde carajo querés que los saque? Vos dame vuelta y no tengo 700 palos. ¿Qué hago? ¿Mando a las chicas de la provincia a ejercer la prostitución? ¿A los funcionarios a que se prostituyan?”, se lo escuchó decir en un audio privado al ministro Coordinador de Gabinete de Chubut, Sergio Mammareli.


Las disculpas del gobernador Mariano Arcioni llegaron tarde y luego de que se levantara una polvoreda política con estos comentarios misóginos de un ministro que es la principal cara de la aplicación del ajuste brutal que está padeciendo el pueblo trabajador de nuestra provincia. De lo que el gobernador no dijo nada, es del trasfondo que da lugar a esta demostración de impotencia y descomposición política de Mammareli.


El desfalco de Chubut es el resultado de décadas de sometimiento a los intereses capitalistas, como caracterizamos en el reciente Congreso provincial del Partido Obrero y el derrumbe de los ingresos petroleros quiso ser compensado con una política de endeudamiento cuantioso.


La deuda actual, de más de u$s1.000 millones, representa el 100% de los ingresos provinciales y cinco veces los ingresos de las regalías petroleras. Los escándalos de corrupción –como indicamos en el Congreso- muestran que esta política ha enriquecido centralmente a un puñado de banqueros y funcionarios.


Los comentarios del funcionario se dan en el marco de un brutal ajuste a los trabajadores de la provincia. Los partidos políticos que gobernaron y gobiernan la provincia y sus cómplices pretenden descargar la crisis que ellos generaron sobre las espaldas del pueblo chubutense, en el que las mujeres trabajadoras llevamos la peor parte.


Los salarios estatales se están pagando de manera escalonada, mientras que los trabajadores precarizados están viendo cómo se recortan fuertemente sus ingresos. El ataque contra estatales y docentes lesiona particularmente a las mujeres, que encuentran en estos sectores su principal salida laboral.


La referencia a la prostitución que hace el misógino de Mammareli no es azarosa. Efectivamente en Chubut, así como todas las provincias atravesadas por la “ruta del petróleo”, aflora la prostitución como salida de las mujeres desocupadas, que de esta forma quedan expuestas a la redes de trata de personas y son prisioneras de los proxenetas.


La destrucción industrial transforma a pueblos enteros en pueblos fantasmas, donde el juego clandestino y la prostitución son regenteados por la Policía, en complicidad con los intendentes locales.


En este marco, repudiamos que la Comisión Organizadora del Encuentro de Mujeres haya mantenido una reunión con Arcioni, que transcurrió sin que el gobernador diera explicaciones respecto, no ya del sostenimiento de un funcionario ajustador y machista, sino de las medidas que el gobierno va a tomar en relación a la violencia política y económica que el gobierno está descargando contra las familias obreras en Chubut.


Por el contrario, la reunión sirvió para que el gobierno ajustador se lavara la cara y diera por terminado el affaire Mammareli, a cambio de una promesa de sostener económicamente al próximo Encuentro.


Desde el Plenario de Trabajadoras y el Partido Obrero nos preguntamos: ¿cuál es el costo político de ese “apoyo”? Si es –como la reunión indica- el silencio político frente al agravamiento de la crisis social y política en Chubut, rechazamos el soborno del gobierno ajustador.


Necesitamos dotar al movimiento de mujeres de Chubut de una perspectiva de independencia política para salir a pelear por todos nuestros reclamos, que también son los de la clase obrera violentada por una clase capitalista parasitaria, que se vale del peor personal político para desarrollar su plan de guerra contra los trabajadores.


¡Fuera Mammareli!


Por un Congreso de Bases del movimiento obrero que resuelva un plan de lucha contra el ajuste.


Por un XXXIII Encuentro Nacional de Mujeres independiente del gobierno y la Iglesia.