Cierre de listas truchas

A pocos días del cierre de  las listas electorales, las candidaturas del gobierno y de la oposición patronal se han transformado en gigantescas listas sábana de candidatos truchos. 

Todo vale. Tres pesados del conurbano: Ishii, Curto y Othacehé, están por encabezar sus listas con sus respectivas esposas, aún cuando se trate de perfectas desconocidas. La situación es peor con los intendentes de La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata. Quieren armar boletas vecinales con “sus” propios candidatos municipales en una lista “descolgada” de la opción Kirchner-Scioli. Quieren preservar su poder local para el caso de una derrota electoral del gobierno.

En la capital, Kirchner le ha dado la chapa oficial al banquero Heller. Pero esta postulación fue desconocida por el PJ porteño. Su presidente, el burócrata sindical Santamaría, anunció que su lista será encabezada por el ex duhaldista Telerman. Parece que el fin de la jubilación privada terminó con el maridaje económico entre Heller y Santamaría, socios de la AFJP Previsol. Dividido en dos o en tres (si se cuenta a la lista de Ibarra y Alberto Fernández), la dispersión oficial en la Capital podría llevar al gobierno a perder a sus tres diputados por el distrito.

Rico y Patti

Al éxodo oficial, se sumó finalmente Aldo Rico. El gobierno de los “derechos humanos” lo había borocotizado años atrás. Ahora,  Rico abandona las filas oficiales por su propia voluntad; los Kirchner lo querían dejar apoltronado en el PJ de San Miguel. Pero la miseria política del oficialismo se dejó ver, todavía con mayor agudeza, en la cuestión de Patti. Dos años después de “inhabilitarlo” en el Congreso, una reunión “entre Massa e intendentes de la primera sección electoral… acordó darle aire a la candidatura del represor” (Clarín, 3/5),  con el objetivo de debilitar a De Narváez-Solá. El voto vale más que una impunidad.

Mientras esto ocurría, el millonario De Narváez fatigaba los juzgados penales y comerciales para “deslindar” sus vínculos con la mafia de la efedrina y con operaciones de contrabando. Después de que el secretario de Obama, Tom Shannon, le pidiera a Alberto Fernández que los K no tensaran los piolines los Kirchner no irán a fondo con el asunto.

Por el lado del bloque de Carrió, la UCR y el socialismo, los acuerdos en la cabeza de las listas han servido para tapar el tembladeral que las recorre por abajo. En Buenos Aires, Cobos ha salido a promover colectoras radicales en “al menos seis de las ocho secciones electorales” (3/5). Por lo visto, el hombre que calificó a las listas testimoniales de “aberración”, puso manos a la obra en la confección de sus propias listas truchas. O sea que bajo las polleras de Carrió-Stolbitzer se esconden los punteros radicales.

La clase obrera y la campaña electoral

La nómina de candidaturas truchas se completa, finalmente, con los cargos que Moyano y la burocracia sindical le ha arrancado al kirchnerismo. A cambio de ello, Moyano se ocupa de dejar pasar los despidos, suspensiones, vacaciones anticipadas y la liquidación de las paritarias.

La campaña electoral se inicia plagada de imposturas, desplazamientos y “cambios de camiseta”. Es lo que corresponde a una transición política, dictada por el colapso político del gobierno y por la bancarrota capitalista. Por detrás de las listas truchas, asoman las ocupaciones de fábricas y la tensión en los grandes centros obreros afectados por suspensiones y despidos. Este es el telón de fondo de la campaña electoral y, desde ya, el hilo conductor de la campaña del Partido Obrero. Al vacío de las listas truchas, vamos a oponerle un programa obrero y socialista, y la fuerza de una construcción colectiva, es decir, un partido.

Marcelo Ramal