Políticas

3/2/2020

Cincuenta días de gobierno de Sáenz

Los desafíos de los trabajadores salteños.

Con un gabinete nutrido de exfuncionarios de Romero y Urtubey y de agentes directos de las grandes patronales de la provincia, Sáenz alineó de entrada su gobierno con Fernández y los del Frente de Todos de Salta, con Sáenz. Sáenz, principal hombre del macrismo hasta hace poco, gobierna de este modo con los que ganaron la elección en nombre de “poner fin al macrismo”.


Es por eso que todos los diputados de Salta acaban de votar juntos la ley para sacrificar al pueblo argentino en nombre del pago de una deuda que es un fraude total, que solo benefició a los especuladores y a la clase capitalista. El FMI y los acreedores le imponen a la Nación el ataque a las jubilaciones y a los salarios pero el mismo paquete de ajustes llegará a las provincias. Sáenz ya comenzó: dejando sin efecto la cláusula gatillo de ajuste de sueldos por inflación, impulsó el ajuste en los municipios que dejaron cientos de trabajadores precarizados en la calle, sigue con la política de Urtubey de reducir el plantel del Estado dejando sin cubrir los cargos de los trabajadores que se jubilan(por ello hay áreas en salud y educación que están sin personal que es indispensable, ordenanzas y agentes sanitarios, entre otros); las cooperadoras asistenciales se quedaron sin financiamiento en medio de las muertes por hambre porque a excepción del Partido Obrero todos los partidos votaron por la eliminación del impuesto a las empresas que las financiaba hasta ahora.


Ya con Sáenz, la tabacalera Alliance One se lanzó a cerrar el procesamiento de tabaco y despedir 300 compañeros en el Carril, mostrando que el nuevo gobierno sigue la línea de Romero y Urtubey en donde el “patrón siempre tiene la razón” aunque esta fábrica hubiera podido seguir funcionando con todos los obreros adentro. El gobernador, que ganó la elección revoleando el poncho y diciendo que iba a defender el interés de todos, quedó expuesto como un agente de los grandes patrones al igual que sus antecesores.


Frente a las muertes por hambre, hizo “la gran Urtubey” (que además huyó a España para estar lejos de las críticas a su herencia nefasta) declaró la “emergencia socio sanitaria” sin que esto tenga ningún efecto. Cuestiones elementales como la radicación de médicos de dedicación exclusiva al hospital publico que venimos reclamando desde hace años desde el Partido Obrero, siguen sin resolverse, lo mismo con el resto de los trabajadores y técnicos de salud.


El “remedio” de la Constituyente


Para enmascarar este continuismo total con los gobiernos de Romero y Urtubey, Sáenz dice que convocará a una Asamblea Constituyente. La cosa viene de un año atrás cuando todos ellos (y también el kirchnerismo local) firmaron una suerte de “pacto de olivos”. Pretenden hacer creer que el régimen es capaz de curarse en salud, modernizando la democracia. La receta mágica para ello sería acotar a dos mandatos el máximo para cargos legislativos y ejecutivos. Como si el problema fuera la rotación de las personas y no los intereses para los que se gobierna. Si en 24 años, en lugar de tener dos gobernadores hubiéramos tenido 3, defendiendo los mismos intereses oligárquicos, viviríamos en las mismas condiciones miserables. En el caso del mandato de los concejales la reforma es reaccionaria en sí misma porque quieren llevar de dos a 4 años el mandato y establecer la renovación por mitades, lo que bloquea el acceso de la oposición y aleja aún más a los electos del control de la población, tan siquiera por el devaluado ejercicio del voto.


Aunque todavía no se han hecho públicos, advertimos que los verdaderos propósitos de la reforma llegarán por el lado de las demandas de los capitalistas que quieren establecer la eliminación de las restricciones para la explotación de 2 millones de hectáreas en zona amarilla o de establecer constitucionalmente mayores garantías aún para la explotación privada saqueadora y contaminante de la minería. El régimen pretende valerse de un dominio circunstancial que obtuvo en las elecciones y de la cooptación generalizada de la oposición para avanzar en esta línea antes de que las consecuencias del ajuste expongan el abismo que existe entre su política y la mayoría trabajadora. Denunciamos el carácter reaccionario de este intento de reforma, nuestra lucha, más que nunca, es para poner fin al régimen oligárquico y proceder a una reorganización social y política bajo la dirección y en función de los intereses de los trabajadores.


La batalla por la independencia política es condición para derrotar el plan de ajuste y abrir una salida propia


La complicidad de la burocracia sindical con el gobierno Sáenz es total. Ninguno abrió la boca ante la eliminación de la cláusula gatillo desde enero. ATE y UPCN aíslan las luchas de los precarizados despedidos en varios municipios con un esquema de reincorporaciones a cuentagotas y aceptando condiciones aún más precarizadas para los que logran volver. En el tabaco, se impusieron 300 despidos, con el Sindicato Obrero del Tabaco avalando primero los retiros voluntarios y luego el mecanismo perverso de la doble indemnización. Hoy batallamos en la docencia contra el intento de división que el gobierno quiere introducir, apoyándose en un ala de los delegados departamentales con el propósito de disolver la asamblea provincial de la docencia, que el año pasado, cuando pudo ponerse en pie, impuso a Urtubey importantes derrotas. En el ejemplo de la asamblea provincial docente promovemos las asambleas por lugar de trabajo, exigimos asamblea en todos los gremios y un congreso de bases de todos los trabajadores para enfrentar el ajuste capitalista.


La recuperación de un 25% por la caída del salario en los últimos dos años y la vuelta de la cláusula gatillo de ajuste mensual; la reincorporación, pase a planta de todos los despedidos y la cobertura de miles de vacantes producidas por jubilación, son la base de un pliego de todos los estatales.


La salida a la crisis provincial no puede ser reforzar el régimen que reproduce todo el tiempo las condiciones de las muertes por hambre y el empobrecimiento generalizado de la población por la vía de los despidos y la caída del salario.


Los recursos para enfrentar la crisis y defender a los trabajadores están en las superganancias de la oligarquía, de las mineras y los ingenios que ni siquiera pagan impuestos. Que la crisis la paguen ellos.