Políticas

30/4/2009|1081

CIPOLLETTI | Por el triunfo de las tomas

La lucha de los sin techo desenmascara al intendente Weretilnek

En Cipolletti, al igual que en la mayor parte de la provincia, campea la crisis habitacional. A lo largo de los últimos años, numerosas ocupaciones de terrenos en la periferia del casco céntrico fueron expresión de la búsqueda, por parte de los vecinos, en particular de los jóvenes, de una solución a este problema.

Luego de la exitosa toma de Antártida Argentina, que culminó con la conquista de sus terrenos para casi 500 familias, el gobierno municipal del Frente Grande (Julio Arriaga primero y Alberto Weretilnek posteriormente) se dieron una política de contención: inducir a los ocupantes de terrenos a constituir “cooperativas” de vivienda, con el compromiso municipal de “acompañar” la gestión de tierras y créditos. Paralelamente lanzaron, con bombos y platillos, el Proyecto Noroeste.

Las “tierras prometidas” se parecían sospechosamente a un gueto. Weretilnek ofrecía parcelas en el paraje El Treinta, de alta contaminación, rodeadas por un basural “a cielo abierto” y futura locación de una penitenciaría, y alejadas del área urbana y de los servicios elementales. Hasta los propietarios de esas tierras salieron a denunciar un negociado inmobiliario en ciernes; el municipio “expropiaría” las tierras por una bicoca, y las vendería a los “beneficiarios” por una cifra varias veces superior. Mientras, liberaba las zonas más aptas para vivienda a la especulación inmobiliaria, a los countries y barrios privados.

Las “cooperativas” terminaron en un fiasco. Las que “compraron” tierras en El Treinta, se encontraron con la reticencia de sus asociados a ocuparlas; otras concluyeron en flagrantes estafas. La reciente ocupación por más de 1.000 familias de los terrenos ubicados a la vera de la calle Naciones Unidas, al costado del Bo Anai Mapu, es la más contundente condena a esta política.

Desenmascarado el derrumbe de su “proyecto” inmobiliario, el intendente Weretilnek se ha desbarrancado en una campaña de diatribas contra el Partido Obrero, el Polo Obrero y “otras organizaciones”, pretendiendo imputarnos una supuesta “campaña desestabilizadora” que incluiría la organización de las recientes tomas y la preparación de una “jornada violenta”, con “roturas de vidrieras y quema de automóviles”.

El Partido Obrero, que acompaña solidariamente la lucha y las movilizaciones de los vecinos de las tomas, responsabilizó al Ejecutivo municipal por las provocaciones y por cualquier eventual represión sobre la movilización reivindicativa de los ocupantes de las tomas y exigió plenas garantías para ejercer el derecho democrático de peticionar.

¡Vamos por el triunfo de las tomas Barrio Obrero I y Barrio Obrero 2!

Horacio Raúl Pastor