Ciudad: una campaña frentista y de lucha


Después de las Paso, la campaña para las elecciones generales en la Ciudad -que estamos cerrando en estas horas- transcurrió fuertemente ligada a las principales reivindicaciones sociales y movimientos de lucha.


 


Cuando el PRO todavía celebraba su victoria, se produjo el espantoso episodio de la muerte de dos niños en un taller clandestino de Flores. En nuestra intervención, reclamamos la interpelación de Rodríguez Larreta y de los principales funcionarios involucrados, e hicimos de ello una campaña política. Junto a La Alameda y otras organizaciones sociales, realizamos movilizaciones y actos frente a la Legislatura. Subrayamos que el trabajo esclavo es sólo la variante más extrema de la precarización laboral en la Ciudad (que envuelve también al comercio, los call centers y el propio Estado). Así lo denunció uno de nuestros afiches de campaña. Arrancamos una sesión especial de la Legislatura para debatir la cuestión de los talleres.


 


Otro aspecto de nuestra agitación electoral se concentró en la vivienda. Hicimos un plenario con representantes de más de cincuenta cooperativas de vivienda, que cargan con numerosas experiencias negativas con los gobiernos de la Ciudad. Expusimos nuestro programa y logramos adhesiones definidas, que luego se expresaron en recorridas y actividades callejeras. Días atrás, nos acompañaron en un acto que realizamos en la puerta del Instituto de Vivienda de la Ciudad, donde denunciamos su vaciamiento, la política expulsiva del macrismo y la connivencia de los opositores.


 


Con Pueblo en Marcha e Izquierda Socialista diseñamos una campaña frentista que superó, en método y extensión, a lo que hicimos en las Paso. En una gran recorrida en la Villa 21-24, de más de un centenar de compañeros, hicimos actos y habladas en varios puntos del trayecto. Lo mismo hicimos en la Villa 20, en los monoblocks de Lugano y en las puertas de hospitales. La crisis del centroizquierda en la Ciudad -varias de cuyas vertientes no pasaron las Paso- se manifestó en el apoyo que recibimos de un sector de Proyecto Sur, que rechazó los coqueteos de Solanas con Massa y con el peronismo.


 


En plena campaña, ocurrió la gran movilización de la mujer del 3 de junio. En la Legislatura, presentamos proyectos relacionados con la lucha contra la violencia de género: la creación de centros integrales de atención a la mujer en todas las comunas, bajo control de las organizaciones de la mujer, y la licencia laboral por violencia de género. Nuestro pedido de tratamiento preferencial para estos proyectos fue destacado por los medios, e incorporamos los proyectos a nuestros materiales de difusión callejera.


 


Mientras progresaba la campaña, como consecuencia del ajuste del presupuesto de salud y educación, varios nuevos hospitales trabaron relación con nuestra banca, en la comisión de salud. Con ellos hicimos un encuentro el pasado 21 en la Facultad de Odontología, que resolvió una intensa campaña en los hospitales por el voto al Frente de Izquierda. El inicio del debate en comisión de nuestro proyecto por la jornada laboral de seis horas en enfermería reanimó al movimiento. Otro punto alto fue nuestra intervención en los centros de salud mental: en un panel, en el Hospital Ameghino, polemizamos con el kirchnerismo por la “desmanicomialización” y sus intentos de escindir a los profesionales del sector (Macri está golpeando como nunca al Moyano y al Borda). Allí llamamos a la unidad de todos los trabajadores de la salud mental contra su desguace, y fuimos muy aplaudidos en un ambiente dominado por el kirchnerismo. En el debate sobre el desarrollo urbano y los espacios públicos organizado por un colectivo de organizaciones vecinales en la Legislatura, expresamos (según uno de sus participantes) la solidez de “una fuerza que quiere gobernar la Ciudad”.


 


 


Crisis educativa


 


La campaña coincidió con el estallido de la crisis educativa en la Ciudad. Dos proyectos -la declaración de la emergencia edilicia y la suspensión de la NES- fueron el eje de un amplio plan de recorridas a colegios, e intervenciones en la comisión de educación que nos abrieron nuevas puertas. Allí donde la UJS no había aún llegado, fuimos invitados por los padres a concurrir a las escuelas tomadas. En algunos casos, como el instituto Yrurtia, participando de reuniones de alto voltaje político, donde explicamos nuestra posición socialista frente a la reforma antieducativa. Los folletos con nuestros proyectos se repartieron masivamente en las escuelas y en toda la Ciudad.


 


La campaña en los barrios se contrapuso con los slogans vacíos de Larreta, Lousteau y Recalde, que terminan su campaña enlodados por acusaciones cruzadas y el peso de sus prontuarios y de quienes los apoyan.


 


La elección de la Legislatura ha sido celosamente ninguneada -cualquier debate al respecto hubiera sacado a la luz el cogobierno legislativo del macrismo con el kirchnerismo y con los ‘patrocinantes' de Lousteau. Nuestra campaña, de todos modos, no se apartó del objetivo planteado del voto al Frente de Izquierda para la Legislatura, como primer paso de una adhesión política militante.


 


La introducción de la boleta electrónica no nos releva de la necesidad de fiscales -muy por el contrario, tendremos que reforzar las alertas en todas las mesas y máquinas habilitadas para votar.


 


De aquí al domingo, en la pelea voto por voto y en las redes sociales, seguiremos dando batalla en la Ciudad.