Políticas

23/6/1993|394

Claudia Schifer o “Democracia Avanzada”

Con la firma de numerosos docentes e intelectuales se publicó una solicitada en “Página 12”, titulada “Por la Construcción Democrática del Frente Grande”. El documento reclama las “internas abiertas” y denuncia los “acuerdos cupulares”. El texto propugna “nuevas prácticas y transparencia democrática” como “principio fundamental” para “recuperar la política como lugar de la gente” y como “condición para la convergencia de las fuerzas progresistas y de la izquierda”.


En realidad la “transparencia “que se reclama está ausente en la propia solicitada. En primer lugar porque el eufemismo “acuerdos cupulares” está usado para evitar la denuncia del desvergonzado tráfico de influencias, cargos y recursos que acompañan la conformación “frentista” que, carentes de cualquier principio, protagonizan las sectas que integran la corte de “Chacho” Alvarez y “Pino” Solanas.


En segundo lugar, se encubre el motivo inmediato de esta “protesta” a saber que el grupo “Democracia Avanzada” que dirigen el vicerrector de la UBA —Atilio Borón— y Jorge Makarz, estaba empeñado a fondo en los mentados “acuerdos cupulares” hace varios meses atrás. Para disputar mejor un puesto en este terreno habían acordado  una “alianza” con Graciela Fernandez Meijide. Sucede que el “Chacho” le ofreció a esta última el segundo puesto en la boleta de diputados de Capital si rompía con la pretensión de atar su candidatura a otra de la DA. Como quedaron pagando en la “cúpula”, que incansablemente fatigaban, resolvieron hacer público su despecho mediante una solicitada donde sin “transparencia” alguna omiten su propia firma.


La solicitada de marra plantea la necesidad de una “nueva práctica política” pero no nos informa ni el programa ni las reivindicaciones de semejante empresa. Al revés, concibe el “frente “en términos puramente, electorales (“para octubre”) y ausencia de toda plataforma de lucha, es decir como verso y guitarra. Se trata entonces, de una manifestación de la  politiquería burguesa.


Todo esto es completamente natural para los ideólogos ansiosos de cargos de la DA, puesto que cualquier consigna combativa chocaría con la pretensión de armar un “frente grande” con los Solanas y cía en la misma medida en que estos actúan como representantes desembozados del actual régimen político. No nos referimos sólo al hecho de que fueron cañeristas y – menemistas confesos hasta hace poco tiempo atrás, partidarios de la “reforma del Estado”, las “privatizaciones” y hasta del copamiento de la Corte Suprema: el año pasado llamaron a aprobar la reaccionaría “ley de educación” “consensuada” entre el gobierno y la UCR y ahora el “Chacho” acaba de sumar su firma al proyecto de “reforma Jubilatoria” radical que elimina el 82%, aumenta la edad para jubilarse y plantea igualmente la admisión de los fondos de pensión privados. Por supuesto esta gente considera además que el desconocimiento de la deuda externa e interna fraudulenta así como la confiscación de los “privatizadores” que rapiñaron el patrimonio público es parte de “viejos” estereotipos.


Ni las “internasabiertas” ni  ninguna otra “metodología podrían cambiar el carácter de clase de esta línea antiobrera y procapitalista. Los profesores que firman la solicitada debieran reflexionar sobre la regresión intelectual que significa definir la “política como un lugar de la gente”, al mismo nivel que un “cocktail party”, un espectáculo deportivo o un parque de diversiones. Si esto no es sinónimo de despolitización o de trivialización de la lucha política, dejemos que los asesores de Claudia Schifer la definan mejor.


En cualquier caso un frente “progresista” debiera comenzar por delimitarse de las propuestas reaccionarias de quienes pretenden utilizar la “unidad” para el puro carrerismo parlamentario y no encubrirlas y distraccionarias bajo la apariencia de una divergencia de “método” en la conformación frentista.