Políticas

17/2/2005|887

Código Penal o la autoamnistía para Menem y Kirchner


Alberto Kohan, uno de los principales integrantes del gobierno menemista, señaló en una entrevista reciente que estaba cansado de las investigaciones en su contra y que era necesario una “amnistía para los años noventa” ( La Nación , 6/2).


 


El reclamo fue tomado por el gobierno nacional y el Congreso. A fines de diciembre del año pasado, fue aprobada sin debate, junto a un paquete de más de 20 leyes, una ley modificatoria del Código Penal, que asegura la impunidad a numerosos funcionarios involucrados en las principales causas de corrupción de los últimos años.


 


La ley permitiría la prescripción de la causa que se sigue contra Menem por las cuentas en Suiza, la causa IBM-Banco Nación, las que se siguen contra el grupo Yoma, contra Alderete por los negociados del Pami y, entre otras, la de sobornos en el Senado en ocasión de la aprobación de la reforma laboral bajo el gobierno de De la Rúa. El propio Kirchner se vería beneficiario en varias causas que existen en su contra.


 


 


¿Progresismo o corruptela?


 


La ley, que hace las veces de una autoamnistía, fue impulsada por el conjunto de los bloques, escudándose en el argumento de que era necesario modificar del Código Penal para evitar el cajoneo de causas en la Justicia y la extorsión que este hecho permitía ejercer sobre los acusados.


 


Pero este argumento ‘garantista’ es esgrimido para justificar una autoamnistía, porque sirve para hacer caer esas causas contra la corrupción. Un senador admitió a La Nación que no se incorporó la figura de “rebeldía” como causa para bloquear la prescripción de una causa con la única finalidad de beneficiar a Carlos Menem.


 


Los especialistas han coincidido en que las causas de corrupción serán las realmente beneficiadas por esta ley. Las penas por corrupción son muy bajas con relación a delitos menores. Como el plazo de prescripción está determinado por los años de condena que merecía el delito investigado, un funcionario corrupto vería prescribir su causa mucho antes que un simple ladrón de almacén.


 


 


El Poder Judicial


 


Mientras todos los bloques dieron su consentimiento a esta autoamnistía, incluido el bloque del PS, la mayoría del Poder Judicial ha expresado su rechazo y hasta ha dado lugar a fuertes choques. Es que indudablemente la modificación les quita poder a los jueces para condicionar a los demás poderes del Estado.


 


Esta crisis ha llevado a que los jueces, por un lado, y los legisladores y los funcionarios del Ejecutivo, por el otro, se lancen acusaciones mutuas de corruptela, señalando unos su rechazo de esta ley de ‘amnistía’ mientras los otros ponen de relieve las trapisondas del Poder Judicial.


 


Lo que debe quedar expresamente claro ante toda la población es que el conjunto del régimen está carcomido por la corruptela y que la burocracia que maneja el Estado es un parásito a sueldo de la clase capitalista.