Políticas

11/1/2017

Coimas: el jefe de inteligencia macrista recibió 600 mil dólares de Odebrecht

Gustavo Arribas, titular de la AFI e íntimo de Macri, acusado de recibir pagos corruptos de la empresa brasileña.


Nuevas derivaciones en torno al caso Odebrecht -la trama de corrupción en contrataciones de obra pública que involucra a varios gobiernos de América Latina- adquirió un nuevo giro al revelarse que Gustavo Arribas, jefe de la ex SIDE y miembro del círculo íntimo del presidente Mauricio Macri, había recibido depósitos por más de medio millón de dólares de la compañía brasileña para pagar coimas por la adjudicación de las obras del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Odebrecht había ganado esa licitación en sociedad con Iecsa, la empresa de Ángelo Calcaterra, primo hermano del presidente y socio de la empresa familiar Macri. El escándalo por las coimas de Odebrecht en el país alcanza, de este modo, a funcionarios de primera plana del anterior gobierno kirchnerista así como a miembros relevantes de la actual gestión macrista, a la vez que involucra al núcleo central de la burguesía que se beneficia de los negociados de los gobiernos que le responden. 


 


Leonardo Meirelles, un cambista que trabajaba para la empresa Odebrecht, se acogió a la ley del arrepentido para obtener menores penas en la investigación judicial del caso LavaJato -el mayor escándalo de corrupción en Brasil en los últimos tiempos- y entregó pruebas a la justicia sobre los pagos para coimas que realizó a diversos operadores en varios países. De ese modo, contó que había realizado cinco depósitos en una cuenta suiza perteneciente a Gustavo Arribas y que los depósitos comenzaron a realizarse al día siguiente de la oficialización del contrato del soterramiento del Sarmiento. Según la investigación publicada por el diario La Nación, los abogados de Arribas admitieron el cobro de uno de los pagos, pero lo atribuyeron a una transferencia por la venta de un inmueble en Brasil -país en el que Arribas, que se dedicaba a la compra y venta de jugadores de fútbol, había vivido durante diez años-. Mereilles confesó haber realizado cinco depósitos en tres días en la cuenta suiza de Arribas por un total de 594.518 dólares y presentó documentación para sustentar sus dichos. Arribas aún no realizó declaraciones sobre el asunto.


 


Arribas forma parte del círculo íntimo de Mauricio Macri a tal punto que el jefe de la AFI (ex SIDE) vive en un departamento que le alquila al presidente. Su vínculo data de cuando Macri era presidente de Boca y Arribas era representante de jugadores, a la vez que pertenecía al círculo de Daniel Angelici, principal operador del macrismo en la justicia, según señaló la oficialista Elisa Carrió. Como se ve, las relaciones cercanas del presidente están compuestas por operadores, transas y coimeros del gran capital. Pero no terminan ahí los vínculos de Odebrecht que involucran tanto al anterior como a este gobierno.


 


La trama oscura en torno a la adjudicación del soterramiento del Sarmiento involucra a referentes del kirchnerismo, como el ex ministro Julio de Vido y el condenado coimero Ricardo Jaime, al primo presidencial Calcaterra y ahora al funcionario macrista Arribas. Los Calcaterra fueron adjudicatarios de muchos contratos de obra pública al punto que sólo el pulpo Techint supera el número de licitaciones ganadas durante el kirchnerismo. Cerca de Calcaterra se ubica el K Cristóbal López en el ranking de la "patria contratista". Calcaterra es socio de Odebrecht no sólo en el soterramiento del Sarmiento, sino que también comparte la construcción de gasoductos en Córdoba. El vínculo del presidente con su primo no es sólo consanguíneo. Las empresas de Calcaterra comparten nombres en los directorios con las de Franco Macri: todo queda en familia.


 


La revelación del rol de Arribas como operador en el escándalo de las coimas de Odebrecht abre una crisis política al interior del gobierno. Carrió anunció que realizará una presentación judicial para que se investigue la denuncia contra el jefe de la AFI, que fue defendido con uñas y dientes por Macri cuando fue objetado en su designación. Sin embargo, los alcances son mayores: la red de corrupción enseña cómo los coimeros de la patria contratista que hicieron de los "retornos" un método bajo los gobiernos kirchneristas continúan sus tareas en la figura de actuales funcionarios del macrismo. Se demuestra, de este modo, que la cuestión de la corrupción no es una cuestión de "populistas" o "republicanos", sino que forma parte de un régimen que debe pagarle extras al personal político de la burguesía en las disputas de sus distintas facciones por obtener contratos del Estado. El razonamiento al que debe llevar el escándalo Odebrecht es que, si Cristóbal López, Calcaterra y Odebrecht pagaron coimas o formaron parte de tratos preferenciales a la hora de la distribución de contratos estatales, ¿por qué Techint, máximo contratista de la obra pública, debería haber quedado al margen de la operatoria corrupta? Y la consecuencia necesaria es concluir que para acabar con la corrupción hay que terminar con el sistema que lo sustenta.