Políticas

26/6/2008|1043

COLOMBIA | Los secuestros de sindicalistas y el Polo Democrático

"El Sr. se llama Guillermo Rivera Fuquene y ha desaparecido desde el 22 de abril. El Sr. es el presidente del Sindicato de Servidores Públicos (estatales)".

Así comienza uno de los carteles que denuncian la desaparición de un importante dirigente sindical, militante del Partido Comunista Colombiano (PCC) y miembro del Polo Democrático Alternativo (PDA), un partido centroizquierdista.

La desaparición o asesinato de sindicalistas y luchadores populares por parte de las fuerzas armadas y los paramilitares es pan de cada día. "Según la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), este año han sido asesinados 23 dirigentes sindicales en todo el país y en Bogotá han desaparecido dos. Guillermo Rivera Fuquene, militante del Polo Democrático Alternativo, es uno de ellos" (El Espectador 15/5).

El presidente del SinSerPub (Sindicato de Servicios Públicos de la Capital), Guillermo Rivera Fuquene, estaba por comenzar su habitual trote matutino cuando "dos patrullas y cuatro motos de la policía lo interceptaron en un parque del barrio El Tunal" (El Espectador, 15/5). Fue la última vez que se lo vio con vida.

Su esposa, Sonia Betancour, ha denunciado que la policía metropolitana de Bogotá y el Poder Judicial cuentan con pruebas de cómo la policía apresó a Rivera Fuquene sin dejar constancia de su detención. Pocas horas después del hecho, su esposa recibió una llamada desde el celular de su marido informándole que lo tenían secuestrado y exigiéndole, además de una suma de dinero, que no informara nada a la policía. Tendrían que pasar dos semanas para que "el Gaula" (división de las fuerzas armadas abocada específicamente a casos de secuestro, extorsión y amenazas) le comunicara que la llamada había sido realizada desde el departamento (provincia) de Meta (de fuerte presencia paramilitar).

¿Y la izquierda? Bien, gracias

"En lo que va de 2008, los asesinatos de dirigentes obreros se incrementaron 71,4% respecto al mismo periodo del año anterior", denuncia la CUT; lamentablemente la "izquierda" colombiana no ha dado la enérgica respuesta que correspondía esperar.

Algunas declaraciones son vergonzosas: "El Gobierno Nacional, la Defensoría del Pueblo, la Personería y el Alcalde Mayor de Bogotá, como máxima autoridad de Policía en la Ciudad, deben comprometerse más a fondo con la búsqueda y la aparición con vida de Guillermo Rivera; deben responder por las acusaciones que involucran a funcionarios públicos en actos de terrorismo de Estado" (PCC, Comité Distrital Bogotá 12/5).

El PCC carga con la responsabilidad de haber aceptado la conformación de un operativo de búsqueda por parte de la población civil. Pero Rivera Fuquene fue desaparecido por la Policía (con la presunta colaboración de los "paras"). Un desaparecido no es una persona que se ha perdido.

La responsabilidad local

Bogotá, donde ocurrió el secuestro, está gobernada por el Polo Democrático Alternativo. Sería falso decir que tiene nexos con los paramilitares. Pero tiene una evidente responsabilidad política en que esto ocurra en su jurisdicción y por sobre todo en la organización de la movilización por su aparición con vida y el castigo a los culpables.

Como responsable político de la Policía Metropolitana (con jurisdicción sobre Bogotá) el PDA debiera ser no sólo el primero en plantear que los responsables sean puestos tras las rejas. Tiene las herramientas para comprobar el secuestro (testigos oculares que no se animan a declarar, las grabaciones del parque y la localización de la llamada extorsiva). Que no lo haga y que permita que esa misma policía que tortura, mata y desaparece (por no mencionar las relaciones con el narcotráfico y el delito) siga funcionando, es una manifestación objetiva de que  no puede garantizarle a los trabajadores y al pueblo colombiano, no ya sus más elementales derechos democráticos, sino el derecho a la vida.

Sólo los trabajadores con su lucha pueden detener esta sucesión de atropellos y atrocidades perpetradas por un Estado terrorista como el que gobierna hoy Colombia. Es necesario reforzar su organización y construir un Partido de clase.

Andrés Palermo