Por un Bicentenario sin hambre

Los municipales de Suárez resolvieron por unanimidad, en una muy combativa asamblea de 300 trabajadores, declarar el estado de asamblea permanente con movilización, no negociar si existe la amenaza del descuento de haberes y defender todos los puestos de trabajo (planta estable, provisionales o contratados). Reclaman un aumento del 40% al básico, incluyendo expresamente a los contratados que concurrieron en número importante a la asamblea y manifestaron que se plegarán a todas las medidas. La asamblea también se anticipó a la eventualidad de una conciliación obligatoria: sólo se acatará si se otorga el 20% antes para discutir el otro 20% durante el período de conciliación.

La asamblea estuvo precedida por las provocaciones del intendente Moccero. Postergó una reunión con el gremio para la semana que viene y luego se dedicó a atacar el reclamo en los medios. En una “carta a los trabajadores” amenaza con descontar los días de huelga, sacarle al gremio la cuota sindical y dejar sin efecto las bonificaciones que estuvo repartiendo para dividirlos. Sólo “oferta”, de palabra, una garantía salarial de 1.700 pesos (antes había dicho 2.000), pero sin tocar el básico.

Moccero ha propuesto un acuerdo de todos los intendentes del sudoeste para congelar el salario municipal por dos años. La Federación debería recoger el guante y unificar medidas de lucha en toda la zona y en la provincia por el salario, la derogación de la 11757 y la paritaria provincial. No pude repetirse lo que pasó con la huelga de 2009: durante los 79 días que duró, la Federación no organizó un solo paro provincial. La masiva asamblea le da un impulso importante a esta lucha, a la que hay que convertir en una causa popular en la ciudad y entre los trabajadores municipales de toda la provincia.

Guillermo Casas