Políticas

24/5/2022

Billetes

Con animales o con próceres sigue cayendo en picada el poder adquisitivo

Una comparativa entre los billetes actuales y los depuestos en términos de capacidad de compra.

Billetes nuevos

El presidente Alberto Fernández anunció ayer los nuevos billetes que circularán por la Argentina. Son de 100, 200, 500 y 1.000 pesos y reemplazarán a la serie “animales autóctonos”, que se lanzó entre 2016 y 2018. Como confirmó el Banco Central días atrás, no habrá nuevas denominaciones y el papel de $1.000 seguirá siendo el más alto, pero veamos cual es la diferencia, en términos de capacidad de compra, entre los billetes actuales y los depuestos.

Si tomamos los billetes de $500 y $1.000 como referencia de la última vez que se sumaron nuevas denominaciones al papel moneda circulante en el país podemos ver que desde el momento en que esos valores fueron emitidos hasta hoy la inflación acumula un avance del 682%, mientras que el valor del dólar se disparó 1.274% en el mismo período.

billete aumento prócer

Según datos del Banco Central, el billete de $500 fue el primero en empezar a circular. Con esos $500, los argentinos podían comprar casi 33 dólares. Ahora alcanza para un poco más de 4 dólares, un octavo de lo que se conseguía tres años atrás. En ese momento, el índice UVA que se utiliza para ajustar préstamos y depósitos a la marcha diaria de la inflación, valía $14,92. Hoy, varios años de inflación desatada mediante, el UVA llegó a los $120,11, es decir, un aumento del 805%.

Con el yaguareté, hace tres años, la canasta básica familiar costaba $21.746,03, mientras que su valor en diciembre de 2021 fue de $76.146. Una familia tipo podía comprar la leche para todo el mes (31 litros). Ahora, solo alcanza para 12 litros, según el listado de productos que maneja el Indec. En este caso, para que el billete del $500 tuviera un reemplazo con la misma capacidad de compra de aquél entonces, debería emitirse papel moneda por un valor de $4092 para equiparar su valor en dólares.

Si hablamos del billete de $1000, el de mayor denominación hasta ahora, no paró de perder capacidad de compra. La turbulencia financiera y las profundas depreciaciones de la moneda golpearon al hornero, que en dos años perdió el 71% de su valor en dólares. En ese momento, con un dólar oficial a $18.05, el billete de $1000 equivalía a 55,40 dólares, 6 veces más de lo que se consigue ahora.

A esto se suma a un incremento de la inflación acumulada en ese período, donde un UVA valía $20,85. Ahora, casi cinco años más tarde, el UVA cotiza a $120,11 por unidad, es decir un 576% más. La canasta básica familiar en noviembre de 2017 costaba $16.027, lo que da cuenta de la pérdida de más del 83% en el poder de compra del hornero. De esta forma, para mantener su poder adquisitivo y equiparar su valor en dólares, ahora el billete debería ser de $6869.

Esto representa una constante del fracaso de todos los que nos vienen gobernando, pues lo mismo ocurrió con el billete de $100 de Eva Perón, emitido en 2012 bajo el gobierno de Cristina Kirchner como el de nominación más alta. Este representaba 23 dólares para diciembre de ese año, mientras hoy solo representa 0,48 centavos de dólar. Asimismo, la canasta básica de aquel año costaba $1387, lo que habla de una diferencia de casi un 5.500% con la actualidad. Para equipararlo con el dólar, el billete hoy debería ser de $2852.

Mientras el gobierno simula una falsa soberanía, promoviendo un cambio de imagen en los billetes que retoma a los próceres del país, el poder adquisitivo de los trabajadores se corroe de la mano de la inflación y las devaluaciones sistemáticas. Con paritarias a la baja, sobre carga impositiva y salarios y jubilaciones de hambre, son los trabajadores los que continúan pagando la crisis. Todo este panorama refuerza la necesidad de organizar desde las bases un paro nacional y un plan de lucha para recomponer el poder adquisitivo de los trabajadores, sobre la base de un salario mínimo de $180 mil, aumentos salariales indexados a la inflación y trabajo bajo convenio para todos.