Políticas

7/8/2003|812

Con la complacencia de la CTA y las CGT

La desocupación oficial es del 15,6%. Si se considera como desocupados a los que cobran los planes Jefes y Jefas, el desempleo salta al 21,4%. Si se suman lo subocupados, llega al 40%; por lo que la legión desocupada suma más de 5 millones de trabajadores.


Si ésta es la realidad de la desocupación, no mejor es la de la ocupación. Según los datos del Indec, el 47% de los ocupados trabaja en negro, lo que totaliza otros 4 millones de trabajadores. Por supuesto, como todos sus antecesores, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, promete combatir el trabajo en negro, pero podría comenzar por casa, porque nada dice que el Estado es el responsable de más del 20% del trabajo en negro (Clarín, 3/8) ya que toma empleados con monotributistas y porque obliga a trabajar sin seguridad social a los que tienen planes Jefes.


Entre tanto, con 2 millones cobrando 150 pesos de “ayuda”, la indigencia y la pobreza siguen subiendo y abarca a 18.800.000 personas, de las cuales la mitad (9 millones) es indigente. Todo esto revela que esos 150 pesos deberían duplicarse, como reclaman las organizaciones piqueteras.


En cambio, para la Cgt oficial, la “combativa” y la neo-oficialista Cta, las cosas están mejorando, un argumento que levantan para no reclamar el aumento salarial y jubilatorio de emergencia. El caso de la Cta es patético porque mira para el costado a pesar de que Lavagna y Tomada le dijeron de todas las maneras que no habrá aumento para los estatales que tienen sus sueldos congelados desde antes incluso que la devaluación. Esto no impide que el economista-jefe de la Cta, Claudio Lozano integre las listas kirchneristas de Ibarra. Un claro caso de “transparencia” por alcanzar la “dieta” parlamentaria a costa de sus representados.