CORDOBA

Luego de 18 días, los trabajadores de Valeo levantaron la toma de la planta y decidieron aceptar la oferta patronal, que consistió en: reincorporación inmediata de los 45 trabajadores despedidos por la lucha, el compromiso de proceder a hacer lo mismo en abril con otros 23 (del año pasado), un aumento por encima del acuerdo salarial que arranca con una suma fija de 300 pesos por tres meses a partir de mayo y sucesivos aumentos hasta terminar con 600 pesos de febrero a abril del año que viene. En la discusión queda el pago de los días caídos y el cese de la persecución y demandas penales contra los delegados.

El acuerdo fue aprobado por mayoría. Aunque los trabajadores no obtuvieron el reclamo de un 25% sobre el acuerdo paritario -lo obtenido es un 8%- que dio lugar a la toma (y a los despidos como represalia) la lucha culminó en un triunfo: los trabajadores de Valeo quebraron con la ocupación los planes patronales. Este triunfo tendrá una gran consecuencia para el gremio metalúrgico y el conjunto de las discusiones salariales.

El reclamo de sumas por encima de lo que resulte de las paritarias está siendo sostenido en la mayoría de los talleres metalúrgicos, como una forma de quebrar, aun antes de realizada, la segura entrega de la burocracia de Caló en la discusiones salariales. Los trabajadores se “curan en salud”.

La contundencia y la unidad de los trabajadores llevó a la patronal a ceder, pero también creó un problema para el conjunto de las patronales, el gobierno y la burocracia local, ya que el conflicto fue seguido de cerca y apoyado por un conjunto de delegados de varios talleres, muchos de los cuales hasta hace poco respondían al actual secretario general (Urbano, delasotista). La burocracia de la UOM tuvo que convocar a dos congresos de delegados de urgencia para discutir el conflicto y se opuso al reclamo del paro general, pero declarando la solidaridad con los trabajadores que ocupaban buscó, en connivencia con el gobierno y una fiscalía, imponer el cese de la toma. Los trabajadores, en una asamblea el viernes 7, aceptaron levantarla ante las amenazas de un desalojo violento, votando continuar con un paro en el lugar, que de hecho mantenía la ocupación.

El resultado final no puede medirse sin tener en cuenta la brutal campaña contra esta lucha, las despidos de entrada, las amenazas de desalojo violento, las imputaciones de parte de la justicia, la organización de rompehuelgas, las declaraciones de la empresa amenazando retirarse de Córdoba, la suspensión de trabajadores en Renault invocando la ausencia de las ópticas que produce Valeo y la complicidad de la burocracia general. Todo esto enfrentaron los trabajadores con unidad y decisión.

Los trabajadores de Valeo han colocado la ocupación en el orden del día en el momento de las discusiones paritarias y de los despidos y suspensiones, y han arrancado gran parte de sus reivindicaciones. Bravo por ellos.

Eduardo Salas