Políticas

26/11/2014|1342

Con Milani, el Proyecto X tiene su universidad


Con muchos menos votos que los habituales, el kirchnerimo logró aprobar en la Cámara de Diputados la creación de la Universidad Nacional de Defensa (Undef). El proyecto aprobado prevé la unificación de los tres institutos de formación, controlados por cada una de las Fuerzas Armadas, en un ente universitario autónomo bajo el control del Estado Mayor Conjunto y el Ministerio de Defensa. La Undef tendrá a su cargo la formación de civiles y militares en distintas disciplinas a través de carreras de pregrado, grado y posgrado.


La ley recibió duras críticas, no sólo de la oposición sino también de algunos diputados kirchneristas como Adriana Puiggrós o Jorge Rivas, que votaron en contra del proyecto. La mayoría de los cuestionamientos hicieron eje tanto en la naturaleza de una institución que no podría regirse por la Ley de Educación Superior (ya que el cogobierno, la autarquía y autonomía universitarios son incompatibles con el verticalismo militar), como en los reparos frente a que los mandos militares se reserven la formación de su tropa al margen del control civil.


Sin embargo, como denunció en el recinto el diputado del Frente de Izquierda Néstor Pitrola, el problema de fondo es que detrás de la creación de la Undef está el impulso del gobierno para reposicionar en la escena política nacional a las Fuerzas Armadas. Una línea asentada en la ley antiterrorista, el Proyecto X, la intervención de la gendarmería de Berni en el control y la represión, así como el espionaje contra las organizaciones populares, cuyo símbolo es el sostenimiento de Milani como jefe del Ejército, a pesar de las probadas denuncias sobre su participación en el terrorismo de Estado durante la última dictadura.


En los últimos años y de la mano del kirchnerismo, el Ejército pasó a cumplir tareas de asistencia social y comunitaria en los barrios, el puntapié para su intervención en asuntos de seguridad interior. El mismo destino tienen los cien millones de pesos extra que recibió el área de inteligencia militar controlada por Milani el último año. La “integración de las Fuerzas Armadas con el proyecto nacional”, clamada por la Presidenta, no es otra cosa que el reforzamiento del espionaje interno y la capacidad de represión del Estado frente a la crisis y el desborde social. La delegación de mayores poderes y autonomía en la formación militar para los Milani de hoy y mañana es un paso más en esta dirección.


Al fundamentar el voto negativo del Frente de Izquierda, Pitrola fue contundente: “Nuestras Fuerzas Armadas son un trágico testimonio del monopolio de las armas contra el pueblo en la República Argentina. No queremos una universidad de la represión”.