En 2009, Ámbito Financiero publicó en su periódico un articulo titulado: “Advierten en el país sobre más antisemitismo”. Allí, se le atribuían a Jorge Altamira y al Partido Obrero supuestas expresiones antisemitas, en el marco de las movilizaciones en repudio a la escalada militar del ejército sionista sobre Gaza. La injuria a Altamira no se limitaba a presentar como ‘antisemitismo’ la denuncia sobre el papel criminal del Estado sionista, sino que lo convertía en un ataque al pueblo judío y a la colectividad judía en Argentina.

Ante una intimación para que se rectifique, “ Ámbito” publicó una nueva información del mismo carácter que la anterior. El propósito claro de la difamación era atacar la influencia creciente de Altamira y de nuestro partido entre la juventud de origen judío de nuestro país.

De inmediato, Altamira y el PO iniciaron una demanda civil contra la editorial Anfin SA, responsable de la publicación, no sólo por los daños y perjuicios causados al nombre y honor de Jorge Altamira sino también al Partido Obrero.

Un tribunal de primera instancia reconoció el daño a Altamira y la falsedad completa de las afirmaciones de “ Ámbito”.

Ante la apelación de ambas partes (la del partido, porque fijaba un resarcimiento civil simbólico, o sea que desjerarquizaba la denuncia, la Cámara confirmó la condena), duplicó el monto de la sentencia y computó los intereses desde el momento del hecho. Para ello, sostuvo que “teniendo en cuenta la calidad de figura pública del demandado y (que) la entidad de la noticia lo ha perjudicado de tal manera que necesariamente repercutirá en la valoración del resarcimiento”. La Cámara triplicó el monto a percibir, considerando la “malicia” del medio de información y su responsabilidad editorial.

La Cámara rechazó la pretensión de daños y perjuicios efectuada por el Partido Obrero, sólo por considerar que las personas jurídicas “no pueden tener resguardo de atribuciones tales como el honor y la moral”. Es un flor de tema para debatir, porque la esencia de la acción de la patronal capitalista de Ámbito apuntaba a destruir la autoridad moral del Partido Obrero ante los trabajadores.

Esta es la primera sentencia en una serie de demandas que iniciamos contra acusaciones dirigidas al Partido Obrero o sus dirigentes y militantes por parte de los medios de información.

Aún siguen en trámite demandas contra C5N-Feinmann y el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, por la acusación a nuestros militantes y al Partido de la quema de vagones de TBA en 2008.

En estas causas, así como en la que acabamos de ganarle a Ámbito  el Partido Obrero ha demandado a las patronales mediáticas o a personeros directos de ella (como Feinmann).

El juicio ganado es una conquista contra el monopolio capitalista de los medios de información, en su propio terreno. El Estado se asocia a las patronales de medios para perseguir las organizaciones obreras y al movimiento popular. Este fue el caso de la infame acusación a Altamira y al PO.