Políticas

31/5/2015

Congreso de la FUBA: Mayoría de la izquierda, sabotaje del régimen


El Congreso de la Fuba, que debía reunirse el 29 de mayo, no pudo sesionar por falta de quórum. Sin embargo, su convocatoria fue un factor de clarificación política y recuento de fuerzas. Las agrupaciones ligadas al rectorado y las de Unidos y Organizados sabotearon el Congreso ante la evidencia de que serían derrotadas. Para clarificara, fue muy importante el método de acreditación que había resuelto la Junta Representativa, incluso con el voto de los centros dirigidos por la derecha: con DNI en mano, 56 delegados que fueron parte de las boletas en las elecciones pasadas de centro se hicieron presentes manifestando su voluntad de votar a la izquierda contra la lista de las camarillas; faltaron 10 para alcanzar el quórum. Este 45% del congreso fue insuperable para Nuevo Espacio (Franja Morada), que había montado una campaña mentirosa proclamándose mayoría; a la hora de exhibir públicamente las fuerzas y delegados que la constituirían, huyó a su casa. El amontonamiento de fuerzas que intentaron conformar la UCR, el PRO y el PS para desplazar a la izquierda requería un accionar en las sombras, incluyendo la lisa y llana compra de delegados.


 


Crisis de la UBA y contenido de la pelea política


La Fuba, junto a la Asociación Gremial Docente, es la oposición estratégica y sistemática a la acción ajustadora del rectorado. Frente a los carpetazos que evidenciaron una UBA copada por los servicios de inteligencia y la corrupción, la Federación impulsó el apartamiento de los funcionarios involucrados y la formación de una comisión investigadora independiente. Mostramos, además, que no se trata de “dos o tres inadaptados”; la corrupción es consecuencia de la asfixia presupuestaria y la penetración capitalista en la universidad, que adopta la forma de generación de “recursos propios” multimillonarios sin control. Sobre esta base se armó un método de gobierno, que tiene como eje las coimas y negociados que recorren de arriba abajo a toda la camarilla universitaria. En la previa al Congreso la FUBA realizó manifestaciones, cortes de calle en las facultades y una campaña de propaganda masiva para denunciar esta situación. Del mismo que volteamos a Richarte, el socio de Stiuso que se había hecho del vicerrectorado de la Universidad más importante del país, ahora le propinamos nuevos golpes a un régimen universitario que volvió a quedar en el banquillo de los acusados.


 


Todo esto es intolerable para la camarilla del rectorado, que no ahorró recursos para desplazar a la izquierda. Mientras nosotros incrementamos nuestra campaña de movilización el rectorado presentó un proyecto de intervención de la Fuba en el Consejo Superior. Por todo esto el retiro impotente del bloque UCR-PRO-PS del Congreso constituye una victoria indudable.


 


El papel de los “nacionales y populares”


Luego de una década de cogestionar la UBA con las camarillas derechistas, importantes sectores del gobierno impulsaron una fractura. Las agrupaciones pretendidamente izquierdistas del kirchnerismo vieron una oportunidad, y montaron una campaña denunciando a la corrupción en la UBA y a la derecha como responsable. Caracterizaron su posible victoria en la Fuba como un “grave retroceso” y, audaces, plantearon al Partido Obrero “un frente único contra la derecha”. Recogimos el guante con un planteo claro, pues el bloque de la izquierda en el Congreso es mayoritario –casi 4 veces más delegados que los K-, por lo que debían apoyarnos. La acción contra la derecha podía realizarse con una votación común por una lista de los delegados de ellos y nuestros, de modo de sustanciar una conducción de la izquierda y una distribución de secretarías acorde a la representación. Este acuerdo “técnico” era viable y políticamente implacable: delegados ya electos por listas diferenciadas y opuestas, superaban indeclinablemente a la derecha en el Congreso y consagraban una dirección de la izquierda –la mayoría- y un funcionamiento proporcional de la Junta Ejecutiva, en la cual cada bloque defendería sus posiciones. La Cámpora y compañía, sin embargo, arrugaron rápidamente. Sus viejos y nuevos compromisos con la derecha son incompatibles con una Fuba de lucha, que ha sido durante toda la experiencia kirchnerista una opositora sistemática en todos los planos. Para mostrar que la orden venía de arriba el propio `cuervo` Larroque se hizo presente para retirar sus delegados del Congreso y sumarse de este modo al boicot de la UCR-PRO-PS. Finalmente, las contradicciones de los jóvenes K son insostenibles: esa misma semana, Wado de Pedro recibió sonriente al fascista “retornado” Otacehé. Antes, Scioli se fotografió con Barbieri el rector al que acusan por corrupción. El electorado kirchnerista debe sacar conclusiones al respecto.


 


Avancemos


El Congreso no sólo arroja conclusiones políticas, sino también un plan de acción. En paralelo a la acreditación de delegados funcionó una asamblea interfacultades, que tuvo entre sus principales resoluciones la organización de una participación masiva el 3 de junio, la confluencia con los trabajadores durante el paro y el apoyo a todas las luchas, y la continuidad de la pelea contra el ajuste y la corrupción de las camarillas. La UJS, copresidencia de la Fuba, se pone al frente de estas tareas con toda la energía. Preparamos luchando en cada Facultad, además, las elecciones de septiembre, que serán un nuevo capítulo de la confrontación con las camarillas.