Políticas

19/4/2001|703

Congreso de piqueteros en la capital

21 de abril, 13,30 hs, Piedras 1676 , Club Atlético Deportivo Paraguayo

El pasado lunes 16, el ‘progresista’ Ibarra se reunió con Domingo Cavallo. Dejando de lado los insultos de “desbocado” e “impotente” que meses atrás se habían prodigado, acordaron trabajar juntos para que Buenos Aires sea “la capital financiera y turística del Mercosur”. Una coincidencia que, más allá de los insultos, ya habían expresado durante la campaña electoral porteña del año pasado.


Pero, para los trabajadores, ¿qué nos deparan los ‘grandes proyectos’ de Ibarra y Cavallo? Proponen centros comerciales y turísticos donde los jóvenes trabajadores percibirán, como ahora, salarios de trescientos pesos. Hablan de una “obra pública” que, en la ciudad, se está llevando a cabo con trabajadores precarizados que, en algunos casos, apenas reciben los “planes Trabajar” como salario. Ibarra-Cavallo quieren hacer del sur de la ciudad un “gran corredor turístico” con todo tipo de prebendas para los grupos capitalistas, pero donde no habrá lugar para la vivienda obrera. Mientras tanto, preparan miles de despidos y “disponibilidades” que convertirán a muchos de los actuales compañeros estatales en desocupados.


La ciudad de Buenos Aires es, así, el botón de muestra de la ‘reactivación’ que le promete Cavallo al país: salarios de hambre, despidos y desalojos para los trabajadores. Subsidios y prebendas para los monopolios capitalistas.


En medio de este panorama político, se reúne el sábado 21 en Buenos Aires el Congreso de Trabajadores desocupados y sin techo convocado por el Polo Obrero de la Capital y la banca del Partido Obrero. Junto a los desocupados y los sin techo, serán de la partida los delegados y activistas de los grandes contingentes obreros de la ciudad, como los gráficos, trabajadores de subterráneos, docentes y estatales. Es que la lucha de los desocupados y los sin techo es inseparable del combate general por el salario, por nuestras jubilaciones, por nuestros convenios colectivos. Bajo las “reformas laborales” y bajo la catástrofe económica y social que asuela a los explotados, todo trabajador ocupado es, en verdad, un desocupado en potencia. Sin ir más lejos, en nuestra propia Ciudad se ha sancionado una Ley de Empleo Público que coloca a miles de municipales y docentes a la vera del despido. Rechazamos la visión centroizquierdista que hace del desocupado un “excluido”, esto es, un elemento ajeno a la clase obrera y a las condiciones de su lucha. Este régimen social necesita de millones de desocupados para imponernos salarios de hambre y derrumbar definitivamente nuestras condiciones laborales. Por eso, vamos al Congreso del 21 a proponer una gran lucha común de ocupados y desocupados por el salario mínimo de 600 pesos, por el reparto de las horas de trabajo y el subsidio de 500 pesos para todos los desocupados.


El Congreso abordará también la cuestión de la vivienda. Es una lucha que se agiganta, en una ciudad donde quieren entregarle el suelo urbano a los grandes monopolios turísticos e inmobiliarios, expulsando por lo tanto a miles de familias villeras, ocupantes precarios e inquilinos. Vamos el 21 a denunciar este propósito, y a proponer una gran acción para parar los desalojos, y por la titularización de la vivienda por sus ocupantes actuales.


Pero, ¿tiene la lucha por la vivienda un porvenir si no la unimos al combate por el salario y contra los despidos? Hasta los escasos créditos para vivienda social que otorga el gobierno resultan inviables bajo el peso de salarios insuficientes e inestabilidad laboral. Se trata de un motivo más que suficiente para unir la lucha de los sin techo a los reclamos de salario y trabajo de todo el movimiento obrero.


El 21, vamos a debatir ese programa común de reivindicaciones de los explotados de la Capital. Y por ese programa, a votar acciones de lucha. Y a colocar a los luchadores de la ciudad en la dirección del gran Congreso nacional de piqueteros que ha sido convocado desde el norte del país.


Pero vamos, también, por una conclusión política común: cuando los explotados se reúnen, deliberan, establecen un programa de salida y un curso de acción, se están postulando como dirección política para la ciudad y para el país. Los ocupados, desocupados y sin techo no podemos ya ser “masa de maniobra” ni furgón de cola de nadie: vamos el 21 a agruparnos políticamente, a sumar a los piqueteros de Capital a la lucha por un partido propio de los trabajadores.