Convenio UTN-Volkswagen

Kirchnerismo 100 x 100

No deja de ser clarificador que en vísperas del lanzamiento de una nueva Ley de Educación Superior se haya suscripto un convenio entre la Universidad Tecnológica Nacional y la automotriz alemana Volkswagen para "crear una carrera de ingeniería para la industria automotriz" (Clarín, 18/5).

De la firma del convenio participaron el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, y hasta la propia presidenta, Cristina Fernández. Por el lado de VW, llegó su presidente a nivel mundial. No se trata, como puede verse, de un acuerdo de circunstancia.

A la medida del capital

El convenio establece la "creación de un centro de investigación y desarrollo y dos carreras nuevas, una tecnicatura y una ingeniería en industria automotriz" (ídem). Para formar al personal para la industria automotriz, los "equipos de Volkswagen y la UTN trabajarán en un programa de actividades, definiendo los pasos a seguir y las estructuras de los planes de estudio" (ídem). O sea que el dinero público se pone al servicio de los intereses de la multinacional. Por eso, la "creación de una tecnicatura de tres años que se cursará en la regional Pacheco de la UTN", donde se encuentra la planta de VW en la que los estudiantes harán pasantías gratuitas.

La información dice que "el Ministerio de Educación apoyará el programa con financiamiento" mientras "se desconocen los montos que la empresa invertirá en estos proyectos educativos" (ídem).

K lo hizo
El convenio entre la UTN y VW es un modelo de la política privatizadora y capitalista que impulsa la Organización Mundial de Comercio. La universidad pública se hace cargo de la formación profesional que le corresponde a la empresa. El presupuesto público se convierte en un apéndice del presupuesto de la empresa.

El objetivo de armar tecnicaturas de tres años a la medida de las armadoras de coches supone una descalificación laboral, pues extrema la dependencia del trabajador hacia la empresa. El convenio deja abierta la posibilidad de que se sumen otras empresas, como la Ford, que tiene su planta al lado.

A esta política, Cristina Fernández la llamó en su discurso frente al Congreso "redefinir el concepto de autonomía": la Universidad no debe ser autónoma del capital.

Gabriel Solano