Políticas

28/2/2002|743

Convoquemos la Asamblea Popular

Río Negro está en la peor crisis de su historia… El gobierno aliancista de Verani ha fracasado por completo. No ha terminado de pagar aún los sueldos de diciembre, adeuda todo el aguinaldo del 2001 y el incentivo docente; los municipios sufren retrasos de 6 y 7 meses en el pago de las coparticipaciones (con su consecuente bancarrota); no funcionan la salud, ni la Justicia, ni la obra social provincial, y está absolutamente cuestionado el ciclo lectivo 2002.


En este cuadro de catástrofe, lo único que explica la permanencia de Verani y su pandilla es la tregua de las burocracias sindicales (UPCN, CTA, entre otras).


A partir del 12/1 comenzaron *en las principales ciudades de la provincia* los “cacerolazos” todos los viernes. En Roca movilizan unas 2.000 personas; 1.000 en Cipolletti; 500 en Bariloche, y cifras menores en Villa Regina, Allen, Cinco Saltos, El Bolsón, Viedma, Luis Beltrán, Catriel y otras localidades.


La movilización provincial pegó un salto a principios de febrero, con el regreso de los docentes a las escuelas y de los judiciales, finalizada la feria de enero.


La alta tasa de desocupación se encuentra parcialmente disimulada por el trabajo temporario *2 meses* de la cosecha y el empaque.


La importante movilización provincial del pasado martes 19 a Viedma, impulsada por Unter (docentes), ha abierto una oportunidad para darle un fenomenal impulso a la lucha por echar al gobierno.


Casi un millar de docentes y luchadores sociales de distintas procedencias (desocupados, jóvenes, estatales, etc.) llegaron de toda la provincia; a ellos se sumaron más de 2.000 trabajadores de Viedma, configurando una movilización por demás importante, en la que destacó la presencia de organismos estatales, a pesar del boicot de la burocracia de UPCN.


La marcha recorrió las calles céntricas de Viedma, para culminar frente a la Gobernación, celosamente custodiada por la policía.


Está planteado ahora convocar una Asamblea Popular con luchadores docentes, estatales, desocupados y de otros gremios que elabore un plan de lucha común, a escala provincial, para echar a Verani y cía.


Como rezaba el volante repartido por el PO: “Hay una salida”, y ésta pasa, indefectiblemente, porque el pueblo rionegrino, a través de sus asambleas populares, tome en sus manos los destinos de la provincia.