El haber mínimo de la mayoría de las y los jubilados, con el “ajuste” de $318 por el aumento del salario mínimo, vital y móvil, alcanzó apenas los $ 26.240, por debajo del nivel de indigencia que es de $28.000. La pensión universal para adultos mayores arañó los $20.992.

De esta manera y según un informe de Anses Córdoba, hay en la provincia 706.000 beneficiarios con el siguiente detalle: 441.668 jubiladas/os, 144.323 pensionadas/os, 102.394 pensiones no contributivas 102.394 y 17.616 Puam.

Promediando el mes de octubre no hay ninguna noticia sobre el bono anunciado por el gobierno, luego de la paliza que recibiera en las elecciones Paso, para quienes perciben hasta 2 haberes mínimos. Para colmo, hay ya trascendidos de que en diciembre el ajuste trimestral sería igual a $0 (cero). Esto sería así porque de acuerdo con la confiscatoria fórmula de movilidad de Fernández, los aumentos acumulados en el año no pueden superar la recaudación tributaria destinada a cubrir estos aumentos.

Tenemos entonces que a lo perdido con esta fórmula, que ya promedia más del 10%, habría que sumar la pérdida contra la inflación del tercer trimestre, que llevaría el acumulado anual a más del 50%, cuando los aumentos recibidos solo llegan al 35%. Es así como las y los jubilados somos instalados en la primera fila del ajuste contra los trabajadores, sin que a la burocracia de las centrales obreras se les mueva un pelo ante semejante brutalidad.

Esta situación es particularmente grave en Córdoba, en donde los índices de pobreza e indigencia superan el promedio nacional. Se entiende entonces porque una gran cantidad de adultos mayores deban concurrir a los comedores populares del Polo Obrero en las barriadas para poder alimentarse, aun percibiendo un haber jubilatorio.

El mencionado informe de la Anses, que es de mayo 2021, aporta otros datos que ponen evidencia el fenomenal derrumbe en las condiciones de vida de las masas trabajadoras de la provincia, además de lo ya señalado en el caso de los jubilados.

Sobre una población total de 3.798.261 de habitantes, la población ocupada es de 1.567.721 y los asalariados registrados en el sector privado (en blanco) es de 480.393. Los desocupados suman 226.618, la tasa de empleo es de 41.7%, mientras que la de desocupados del 12,6% (datos del cuarto trimestre 2020). Se deduce de este informe la enorme masa de trabajadores precarizados.

Ante este cuadro desolador, el gobierno, la “opo” de JxC, las cámaras patronales y el negrero Schiartti a nivel local, solo proponen mayores ajustes impulsando las reformas laboral y previsional con las que pretenden barrer con los derechos históricos de los trabajadores (indemnizaciones, vacaciones, ampliación de la edad para poder jubilarse, aumento de los años de aportes para poder obtener la jubilación, etc). Todo esto para favorecer a la burguesía fugadora serial de capitales y al FMI.

Desde el Plenario de Trabajadores Jubilados convocamos a los adultos mayores de la provincia a poner de pie una poderosa organización de lucha por nuestros reclamos históricos: 82% móvil, haber mínimo de $70.000, plenos derechos previsionales para los Puam y rentas vitalicias; Pami y Anses bajo gestión de sus beneficiarios y trabajadores; moratoria irrestricta para que todos puedan jubilarse; abajo las reformas laboral y previsional.

Las Paso pusieron en evidencia el repudio de los trabajadores a la política de ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. La oposición patronal también tiene a salarios y jubilaciones como principal variable de ajuste.

En este marco, el gobierno nacional se encuentra en un proceso de demolición y su crisis se puede agudizar luego de las elecciones de noviembre. Pero para que esto beneficie a los trabajadores y a las y los jubilados como parte de los mismos, tenemos que desenvolver una lucha independiente en las calles. Para reforzar esa perspectiva hay que fortalecer la única alternativa que nos ofrece una salida concreta a tanto desastre. En noviembre votemos masivamente al FIT-U, arriba los que luchan. Fuera los lacayos del FMI y de las patronales negreras “nativas”.