Políticas

28/5/2009|1085

CORDOBA | Cive: Un paso adelante, por otros más

El jueves 21, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba aprobó la ordenanza que declara de utilidad pública y sujeta a ocupación temporaria la fábrica de parabrisas Cive. La ocupación temporaria es sobre el inmueble, junto con los bienes muebles que se encuentran en su interior y bienes tangibles, entregándosela en comodato a la Cooperativa de Trabajo de Empleados de Cive para su explotación por dos años.

Cuando esa mañana los trabajadores llegaron al Concejo, apoyados por familiares y organizaciones de izquierda, se encontraron con que los concejales habían decidido echarse atrás con lo votado en comisión y que iban a postergar le tratamiento de la ordenanza. Las presiones de Ardiles, el vaciador a quien la jueza le quiere entregar la empresa, se habían hecho sentir. La movilización se enfrentó a la policía que quería impedirle su acceso al edificio. Los trabajadores lograron ingresar y conseguir que se respetara lo votado en comisión.

Al día siguiente de la aprobación, concejales de la UCR manifestaron que la ordenanza obstruía el “curso legal” que llevaba el conflicto. El “curso legal” le entrega la fábrica al vaciador Ardiles.

Quien fue más lejos fue un edil del bloque de Olga Ruitort, que dijo a una radio que el Estado no puede hacerse cargo ni de los trabajadores ni de las empresas que cierran, y que se sentaría un mal precedente si no se vetan la ley de expropiación.

Por otro lado, el secretario de Coordinación de la Municipalidad de Córdoba, Alvaro Ruiz Moreno, señaló a Cadena 3 que “el intendente no puede apartarse de la legalidad de los actos, pero el Ejecutivo tiene 10 días hábiles para vetar la ordenanza”.

Detrás de toda estas volteretas está la mano del capital que golpea más fuerte en los parlamentos y en los juzgados que las necesidades urgentes de los trabajadores.

Sin embargo la toma de Cive, su movilización, la adhesión obrera a su lucha y finalmente la ocupación del recinto del Concejo torció esta tendencia. No obstante, un Estado capitalista no se puede dar estos lujos ya que atenta contra su función histórica: que la burguesía pueda hacer negocios.

Los trabajadores de Cive y los trabajadores de Córdoba tenemos que defender esta conquista para poder poner a funcionar la fábrica.

Alejandro Roqueiro