Políticas

6/5/2022

Córdoba: el Plan de Metas de Llaryora favorece negociados y especuladores

A espalda de los barrios populares.

El Intendente Martín Llaryora en el CD.

Este jueves 5 de mayo, el intendente Martín Llaryora presentó un informe de “cumplimiento del Plan de Metas para la ciudad” de Córdoba, en el marco de una audiencia pública realizada en el Concejo Deliberante. Desde el Partido Obrero en el Frente de Izquierda cuestionamos duramente la presentación oficialista, advirtiendo que se trata de un plan para garantizar la especulación inmobiliaria y los negociados en la ciudad.

El Plan de Metas del oficialismo es muy grave por lo que está ausente, pero también por lo que propone. De forma congruente con una política en beneficio de la especulación inmobiliaria, no se dice una palabra para solucionar el déficit habitacional, uno de los problemas sociales más acuciantes que padecen más de 120 mil familias trabajadoras, a los que se sumarán aquellas que ya no pueden seguir sorteando el pago de altos alquileres, y sin contar las que se encuentran en asentamientos precarios carentes de todo servicio esencial.

Los planes de bacheo y urbanización no pasan de una publicidad electoral, en una ciudad donde aún hoy hay más de 130 barrios sin acceso al agua potable. Y es que mientras el municipio gasta millones de pesos en obras faraónicas para los especuladores, en apenas dos semanas se produjeron tres hundimientos de calles debido a filtraciones subterráneas de cañería sin mantenimiento.

En este cuadro, la mentada Smart City no es más que una puesta en escena incontrastable con la realidad. La digitalización y modernización de las que se jacta el gobierno nada tienen que ver con facilitar trámites a la población, sino con habilitar de manera exprés los megaemprendimientos inmobiliarios y negocios empresariales que abundan en la ciudad, como el tan encumbrado Polo Tecnológico.

Párrafo aparte merecen los anuncios en relación a salud y educación. Luego de una pandemia que puso en evidencia las grandes carencias del sistema educativo y de salud pública, es una provocación que se hable de inversiones históricas. Los cuatro hospitales intermedios prometidos hace casi un año y cuyo financiamiento dispondría la Nación todavía están en veremos. Por el contrario, lo que sí avanza son los despidos del personal de salud precario, que se había incorporado al sistema sanitario durante la pandemia. En cuanto a la infraestructura en las escuelas, varias instituciones educativas funcionan en edificios prestados, o con serios problemas edilicios y de seguridad. Una maestra en una escuela de Villa Azalais resultó lesionada al caérsele una reja encima.

A su vez, el Plan de Metas dejó expuesto que la política de “economía circular” de Llaryora no es más que una carcasa verde para desplegar fuertes negociados con Holcim, Porta y un sinnúmero de empresas contaminantes. El punto es muy delicado en una ciudad que enfrenta la catástrofe sanitaria de no tener un sistema de cloacas suficientes. La vieja Planta de Bajo Grande sigue sin funcionar, y la puesta en marcha de la nueva planta lejos está de tener la capacidad necesaria para dar tratamiento a los 15 mil metros cúbicos de líquidos cloacales que produce la ciudad por hora.

En una ciudad con el 40% de la población por debajo de la línea pobreza y el 11% de desocupados, que no haya una sola medida para la creación de trabajo genuino y un refuerzo a la asistencia social, muestra el carácter de clase de las metas de este gobierno. Así las cosas, el Plan de Metas ratifica el rumbo de una ciudad para los especuladores, los negociados y a espaldas de los vecinos de los barrios populares.