Córdoba: El plenario obrero ganó la calle

Plan de lucha

La movilización por la prohibición de los despidos y las suspensiones y el aumento de salario fue un rotundo éxito. Había sido convocada por el Plenario Abierto, un agrupamiento de agrupaciones y activistas que luchan para que la crisis la paguen los capitalistas. El jueves 26, entre los cerca de 1.300 manifestantes, hubo columnas organizadas de trabajadores de los call centers, de mineros, de metalúrgicos autoconvocados, de Iveco, del movimiento de carreros, de los trabajadores autoconvocados de la salud (médicos, enfermeras y personal de los hospitales provinciales opuestos al acuerdo firmado por el sindicato de empleados públicos). Se trata de nuevos contingentes, que se sumaron a las organizaciones convocantes, y de delegados y activistas de una decena de gremios.

La movilización fue caracterizada por un delegado metalúrgico en los siguientes términos: “Quiero agradecerles porque en cinco años de trabajador metalúrgico, y un año como delegado, es la primera vez que me convocan a marchar por un reclamo que importa a los trabajadores”.
Antes de la movilización hubo un corte de ruta de los trabajadores contratados de Iveco.

Plan de lucha

El tercer plenario fue, naturalmente, el más numeroso. Hubo una delegación de más de 25 trabajadores contratados de Iveco, un grupo de Gestamp, más delegados metalúrgicos, trabajadores de los call; es decir, el plenario sigue creciendo en número y representatividad.

La primera conclusión que se extrajo del balance de la marcha fue apoyar las medidas de acción de los contratados de Iveco y Gestamp, ya que el 31 vencen los acuerdos firmados por el Smata. Se votó unánimemente participar en los cortes programados por los compañeros.

Se resolvió que el Plenario convoque a un gran acto el 1º de Mayo (se hará el 30 de abril).
Se votó convocar a un nuevo plenario para el 7 de abril. Allí se aprobará una nueva declaración pública para ser distribuida en las fábricas y lugares de trabajo, difundiendo un programa obrero frente a la crisis.

Se resolvió marchar el miércoles 22 (fecha tentativa) a la Legislatura provincial para reclamar que se apruebe el proyecto presentado por el bloque legislativo del FIT, que prohibe los despidos y suspensiones, y establece el reparto de las horas de trabajo y el aumento salarial.

Algunas conclusiones

El Plenario Abierto se ha convertido en un punto de reagrupamiento de los trabajadores de Córdoba. Se paró sobre el planteo de la prohibición de los despidos y las suspensiones, en abierta oposición a los procedimientos preventivos de crisis que pactan la UOM, las patronales y el gobierno, y contra el reclamo de mayores subsidios a las patronales que gestionan los dirigentes de la UOM y del Smata. El impulso que alcanzó el plenario se debe a la necesidad de reagrupamiento de los trabajadores y al fracaso estrepitoso de la burocracia y el gobierno frente a la crisis industrial. El plenario sirvió de impulso para sumar a la lucha a un grupo de trabajadores de Gestamp y forjar una acción unitaria con los de Iveco.
Otro aspecto fundamental es el salarial, porque en el plenario se expresó el rechazo a los acuerdos de la burocracia de los gremios estatales (docentes, empleados públicos, de los hospitales). El Plenario reclama un aumento de emergencia del 30 por ciento y un mínimo igual a la canasta familiar.

La marcha y el plenario sirvieron para colocar un tema crucial para la juventud trabajadora: la situación de los trabajadores de los call centers. Al calor de estas acciones empezaron a producirse iniciativas de reagrupamiento en un sector golpeado por la tiranía patronal, el miedo y los despidos arbitrarios.

Por la gran cantidad de delegados de base que interviene, el Plenario ha recogido en su programa de acción los mandatos y pronunciamientos de los trabajadores en asambleas, en muchos de los casos saboteados o escondidos por la burocracia sindical; es por la tanto la expresión de una deliberación real de la clase obrera.

El Plenario se ha convertido en un factor de organización, intervención y deliberación de los trabajadores.

Eduardo Salas