Políticas

6/2/2019

Cornejo se corta solo y cruje Cambiemos

Senador provincial por el PO-FIT

Alfredo Cornejo, jefe nacional de los radicales y gobernador de Mendoza, oficializó que la provincia votará separado de la elección presidencial. Formaliza de este modo una decisión tomada con anterioridad, un secreto a voces desde diciembre, sólo demorada a la espera de la definición del calendario electoral de provincia y Ciudad de Buenos Aires.


Esta decisión significa un golpe a la alianza gobernante y particularmente al proyecto reeleccionista de Macri, pues su principal aliado, la UCR, le quita el respaldo en el quinto distrito electoral del país, a lo cual podría plegarse la provincia de Jujuy. Son dos de las tres provincias gobernadas por radicales. La tercera, Corrientes, no elige gobernador este año.


A pesar del esfuerzo de la prensa nacional por presentar la decisión como un acuerdo entre los radicales mendocinos y la Casa Rosada, la realidad es que el desdoblamiento es fruto de la caída en picada de la imagen de presidente. Por lo pronto el candidato del PRO, Omar De Marchi, se ha pronunciado en contra, a contramano de los eufemismos utilizados por los funcionarios nacionales para presentar la decisión de Cornejo como resultado de un acuerdo.


El desdoblamiento obedece, por lo tanto, a evitar un efecto arrastre negativo para la coalición gobernante en la provincia. Según algunos sondeos, Macri estaría más de 20 puntos porcentuales por debajo de la imagen del gobernador.


Lo que más alarma a los radicales es que por primera vez desde la derrota del peronismo en 2015, según las encuestas, Cristina Fernández de Kirchner supera en la provincia a Mauricio Macri en intención de voto.


En el olvido quedó la parrillada de la cúpula de Cambiemos a principios de diciembre, donde Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó –por el PRO– se reunieron con los radicales Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Mario Negri y Luis Naidenoff. Estos acordaron “una estrategia nacional de Cambiemos” y que “allí donde Cambiemos es gobierno, la sucesión la decide el gobernador”. Lo mismo ocurrió con el cónclave que tuvo lugar durante las vacaciones del presidente en el sur en la Patagonia.


Los enfrentamientos al seno del bloque gobernante tiene a la estratégica Córdoba como expresión más pedagógica. La interna radical se divide entre el sector de Mario Negri, más cercano a la Casa Rosada, y Ramón Mestre –allegado al presidente de la UCR, Alfredo Cornejo–, quien propone una lista 100% radical.


Alfredo Cornejo prometió mediar en Córdoba para evitar una interna y llevar una lista de consenso, pero él mismo deberá confrontar con el delfín de Macri, el intendente de Lujan de Cuyo Omar Demarchi, que impulsa una interna en Mendoza.


La decisión de Alfredo Cornejo oficializó las grietas que agitan las aguas al interior de Cambiemos. Algunos allegados al gobernador mendocino vuelven incluso sobre el rumor de una lista radical para competir en una PASO contra Macri.


Por una salida de los trabajadores y la izquierda


Frente a la crisis de Cambiemos, el peronismo en todas sus variantes aspira a presentarse como variable de recambio del régimen. Esto incluye a la burocracia sindical, cómplice del ajuste macrista mediante acuerdos salariales a la baja, despidos y suspensiones. Sólo impulsa jornadas simbólicas contra los tarifazos con la mira puesta en octubre.


Los nacionales y populares cristinistas se vienen unificando con el PJ garante de todas las leyes del ajuste macrista y con sus gobernadores, suscriptores del pacto fiscal y que aplican el ajuste en sus provincias. La “unidad opositora” que postula el kirchnerismo es una variante del relevo capitalista al gobierno fondomonetarista ante su posible derrumbe, incluso antes de las elecciones. Por esta razón el ex ministro de economía Axel Kicillof se pronunció en defensa del acuerdo con el Fondo Monetario, “renegociando” sus términos.


Este cuadro le plantea al FIT la emergencia de actuar como un puño, con un programa unificado en defensa de los trabajadores y el pueblo explotado.


Tanto en la intervención en la lucha de clases impulsando la acción de las masas para enfrentar a Macri y al FMI ahora mismo como en el terreno electoral. Para esto es necesario definir de inmediato la fórmula presidencial y las cabezas de los principales distritos. Mientras los partidos de la patronal maniobran para asegurar la sobrevivencia de un régimen insoportable para los trabajadores, el FIT debe proyectarse como una fuerza política actuante.


Reiteramos nuestra propuesta de impulsar en común una campaña con eje en el rechazo a los despidos, por un congreso de bases de todo el movimiento obrero, por un paro activo nacional de 36 horas en la perspectiva de la huelga general para derrotar al régimen de Macri, el FMI y los gobernadores. Que abra paso a una Asamblea Constituyente soberana y con poder para reorganizar el país sobre nuevas bases sociales para lo cual el FIT tiene que definir un programa.


Por la ruptura con el FMI y el repudio de la deuda usuraria, la nacionalización de la banca, el comercio exterior, la industria y los recursos energéticos.


Por la separación de la Iglesia del Estado, para terminar con el Estado confesional que es un enemigo jurado de las reivindicaciones de la mujer trabajadora.


Los trabajadores y la izquierda están llamados a ser actores centrales en este proceso electoral, pero sobre todo en el desarrollo de la crisis que lo condiciona, ésta es la apuesta del Partido Obrero.