CORREO DE LECTORES | Fin de año

En el final de 2008 la crisis capitalista mundial se acelera y esgrime su garra de acero y fuego.

A comienzos del siglo XX, desatada la guerra imperialista, Rosa Luxemburgo lo señaló en forma clara:

“El triunfo del imperialismo conduce a la destrucción de la cultura, esporádicamente si se trata de una guerra moderna, para siempre si el periodo de guerras mundiales que se acaba de iniciar puede seguir su maldito curso hasta las últimas consecuencias. Así nos encontramos, hoy tal como lo profetizó Engels hace una generación, ante la terrible opción: o triunfa el imperialismo y provoca la destrucción de toda cultura y, como en la antigua Roma, la despoblación, desolación, degeneración, un inmenso cementerio; o triunfa el socialismo, es decir, la lucha consciente del proletariado internacional contra el imperialismo, sus métodos, sus guerras. Tal es el dilema de la historia universal, su alternativa de hierro, su balanza temblando en el punto de equilibrio, aguardando la decisión del proletariado. De ella depende el futuro de la cultura y la humanidad”.

La catástrofe social avanza.

La desocupación alcanza nivel mundial.

En la primera potencia, la sobreproducción de automóviles sobrepasa infinitamente la capacidad de compra de la sociedad norteamericana.

Las empresas automotrices norteamericanas no pueden ser salvadas ni por Bush ni por Obama.

El resultado está a la vista.

El salario de los trabajadores de General Motors, se desploma.

Suspensiones, vacaciones anticipadas, despidos, son las soluciones a las que apelan los capitalistas.

La miseria social es la consecuencia inmediata de la bancarrota mundial.

Nuevas guerras imperialistas ingresan al escenario de la crisis.

El pueblo palestino sobrevive en Gaza a los ataques sionistas.

Después del bombardeo llegarán las epidemias, el hambre y la muerte.

La frontera con la muerte masiva es una delgada línea que separa las potencias atómicas de la península del indostán, en la que vive miserablemente la cuarta parte de la población mundial. Allí más de 200 millones de sus trabajadores son niños.

La guerra atómica amenaza a los pueblos.

Las crisis capitalistas paren guerras de exterminio. A la barbarie capitalista se opondrán las revoluciones obreras.

La derecha griega, después de asesinar a un adolescente, enfrentó la movilización de los jóvenes y trabajadores. Las noches de Atenas se iluminaron con las barricadas populares.

París conoció la fuerza de los jóvenes. En sus suburbios también se iluminaron las noches en enfrentamientos callejeros.

Europa se contagia de luchas.

La crisis se extiende y los capitalistas pronostican que en el comienzo de 2009 sus efectos se profundizarán en nuestro país.

Los políticos patronales lo saben.

El gobierno kirchnerista también.

La clase trabajadora se prepara para las luchas de 2009.

En el Subte y en Indugraf se templa su vanguardia.

Socialismo o barbarie sigue siendo la única alternativa.

Luis Trombetta