Políticas

17/5/2001|706

Cortes de ruta: Necesitamos una orientación común

Abajo el megacurro de De la Rúa-Cavallo

Las cuadras que ocupa el piquete de La Matanza han adquirido una enorme repercusión nacional por la sencilla razón de que en ese corte se juegan cuestiones decisivas. De un lado, se juega la política del gobierno de recortar los planes Trabajar y ponerlos bajo su absoluto control, con la intención de recomponer su dislocado aparato de punteros. Para los desocupados y los piqueteros se juega la posibilidad de imponer los convenios firmados en noviembre pasado, que amplían los planes Trabajar y extienden su radio de acción a la refacción de caminos, escuelas y hospitales, y que reconocen la autoridad de las organizaciones de desocupados. Una victoria del corte abriría la posibilidad de superar los planes Trabajar por verdaderos empleos estables, con salarios no inferiores a 600 pesos por ocho horas de trabajo, derecho a la jubilación y seguridad social, e incluso llegar a imponer a los capitalistas el reparto de las horas de trabajo sin afectar los salarios. El gobierno de los banqueros, en cambio, está ofreciendo los planes de 120 pesos a las patronales privadas, como ya ocurre en la ciudad de Buenos Aires.


Desgaste y gendarmería


En las seis cuadras de Isidro Casanova, se juega incluso el megacurro de Cavallo, porque es obvio que una victoria piquetera quebraría la viabilidad de renegociar la deuda externa a tasas usurarias de más del 15% anual. Potencia la capacidad de victoria del corte de La Matanza, la continua lucha de los trabajadores de Aerolíneas y de Luz y Fuerza de Córdoba, y las frescas victorias de los ceramistas de Zanón, de los municipales de Capitán Bermúdez y de los mineros de Río Turbio. Toda esta movilización popular podría convertirse en un factor poderoso para agudizar la crisis política de los de arriba y abrir una perspectiva política propia para los explotados.


El gobierno ha hecho trascender, por vía de Clarín, que apuesta al desgaste del corte. Aunque en apariencia confiado, refleja una política derrotista: sólo conseguiría aumentar la presión de la caldera. En la ciudad de Buenos Aires, está creciendo como un hongo el movimiento de los desocupados, de los sin techo, de los desalojados y de los que temen perder sus viviendas, por la carestía de los alquileres o de las cuotas hipotecarias. La crisis creciente y la falta de soluciones simplemente agudizarán la explosión inevitable. Es por esto que un sector del gobierno (Mestre-Mathov) ya está jugando con la idea de instalar piquetes de la gendarmería en el Gran Buenos Aires y en puntos con fácil acceso a la ciudad.


Concentrar en la ruta 3 o ir a Plaza de Mayo


En estas circunstancias tan especiales, se han manifestado orientaciones en principio divergentes en las direcciones piqueteras. Mientras D’Elia, de la CTA, plantea concentrar al movimiento piquetero de todo el país en la ruta 3, incluso con adhesiones internacionales, Raúl Castells ha iniciado una marcha desde Berisso a Plaza de Mayo. Ambos planteos tienen en común el propósito de superar el aislamiento del corte de La Matanza, pero son evidentemente contradictorios y se anulan recíprocamente. Aún más contradictorio resulta el hecho de que hace sólo un mes, en una asamblea general en La Matanza, tanto la CTA como la CCC caracterizaron negativamente como una “política del todo o nada”, la propuesta del Polo Obrero y del Futrade de La Matanza, de realizar un Congreso nacional de piqueteros para concentrar fuerzas y organizar una marcha nacional a Plaza de Mayo. Por otro lado, ni el planteo de concentrar fuerzas en la ruta 3, ni la marcha desde Berisso, fueron debatidos previamente por las organizaciones de desocupados de las diferentes zonas del Gran Buenos Aires, es decir que tampoco se han tenido en cuenta las condiciones en que desarrolla su lucha cada región o movimiento. Hay que señalar que está en marcha también la campaña por la movilización a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, organizada por el Polo Obrero, que ocupará los alrededores de la Plaza de Mayo el próximo 29 de mayo.


Además del método y de la unidad de la lucha, se plantea también una cuestión política. Castells ha dicho que el objetivo de su marcha es cubrir la Plaza de Mayo con 10.000 manifestantes, para realizar “un 17 de octubre”. La CTA de La Matanza, por su lado, se propone llegar a un acuerdo circunscripto a las reivindicaciones matanceras, con el apoyo del Frente para el Cambio de Alicia Castro y del Polo Social de Farinello. Castells hace un planteo de poder, pero de características ambiguas; la organización de D´Elia apoya una perspectiva electoral, que tiene vínculos con la “izquierda” del gobierno, de un lado, y con Duhalde, del otro. Estos planteamientos, sin embargo, ponen de manifiesto que las organizaciones de desocupados necesitan contar con un planteo político propio, pero las posiciones de sus dirigentes no han sido discutidas en ningún lado.


Congreso piquetero y rebelión popular


En esta situación concreta, con el corte en la ruta 3, por un lado, y la marcha a la Plaza, por el otro, además de la lucha de Aerolíneas y de Luz y Fuerza, proponemos que se realice un inmediato Congreso de piqueteros desocupados y de los obreros en huelga, sea en La Matanza o a la altura de la marcha de la zona sur, para unificar la movilización, las reivindicaciones y los planteos de conjunto. Se plantea la gran oportunidad de unir a la inmensa mayoría de la población en una rebelión contra el megacurro de los banqueros, el FMI y De la Rúa-Cavallo, es decir una rebelión contra la esclavización nacional de la Argentina.


El conjunto de la catástrofe nacional exige de nosotros una política de conjunto.