Políticas

21/4/2016|1407

Costa Salguero: capitalistas y Estado, complotados contra la juventud

Cuanto más se agrava la responsabilidad de empresarios, funcionarios y fuerzas de “seguridad”, mayor es el esfuerzo de todos ellos -y de sus agentes políticos- por autoindultarse y pasarle la pelota a otro de los involucrados


A medida que pasan las horas y se suman revelaciones, es claro que Costa Salguero ha sido una masacre contra la juventud, urdida entre narcocapitalistas y el Estado. Mientras los narcos actuaban con completa impunidad vendiendo drogas ‘de diseño’ a los asistentes, los organizadores de la fiesta montaban otro negocio fenomenal -el de la venta de agua envasada a quienes necesitaban hidratarse. Para reforzar esa venta a precios absurdos, y según declararon varios testigos, los grifos de los baños fueron cerrados. A esta altura, la única duda que cabe es si narcos y “organizadores” se complementaron en la intoxicación de miles de jóvenes o, si, sencillamente, constituían una única organización criminal. Semejante acción no fue detectada por los funcionarios de la “Agencia de Control” macrista. Mientras éstos sostienen que la fiesta se desarrollaba “normalmente”, quienes declararon ante la fiscalía denunciaron hacinamiento, sobreocupación del lugar y un calor sofocante. Respecto del número de asistentes, los funcionarios sostienen que respetaba la capacidad del lugar. Pero ¿quiénes proporcionaron la información sobre la cantidad de concurrentes?


 


Nada menos que los propios organizadores, a través de una declaración jurada. O sea que el gobierno de Rodríguez Larreta le creyó a los mismos que perpetraron el crimen contra los jóvenes.


 


Zona liberada


 


Patricia Bullrich ha pretendido justificar a la Prefectura, encargada de la seguridad de Costa Salguero, con el argumento de que “si iban más allá los iban a acusar de intromisión represiva”. Pero las cosas son al revés: la prefectura fue mucho “más allá”, sólo que involucrándose a fondo en los hechos que condujeron a las cinco muertes.


El juez de la causa debió apartar a esta fuerza de la investigación por las fuertes sospechas de connivencia con los narcos. Los testimonios indican que en el curso de la fiesta fueron encontradas bolsas con las pastillas letales, que los prefectos sólo las entregaron al día siguiente -o sea, cuando ya habían ocurrido las muertes y el escándalo público. Según informa Clarín, la Prefectura prestó vigilancia especial bajo el sistema de los adicionales, pagados por los organizadores de la fiesta. Si esto es así, es claro que actuaron, no en función de los intereses de los asistentes, sino de los narcoempresarios. Esta connivencia echa luz sobre el régimen de adicionales de todas las fuerzas represivas, un sistema de privatización de la seguridad que protege a sus mandantes capitalistas.


 


Zona franca


 


La consumación de este escenario criminal es el desenlace de una larga historia de concesiones irregulares, en beneficio de grupos capitalistas. Las tierras de Costa Salguero fueron cedidas a la Ciudad como espacio verde público, donde sólo podía existir un parque o un polideportivo. A despecho de ello, las tierras fueron apropiadas para el armado de megaeventos. Por ese motivo, en 2009, un juez clausuró estas instalaciones. Pero el gobierno de Macri desconoció las clausuras y le otorgó habilitaciones a los concesionarios ilegales. En el directorio de Costa Salguero, ocupa un lugar central Fernando Polledo, esposo de la actual vicepresidenta PRO de la Legislatura. El macrismo hizo de Costa Salguero un reducto preferido de sus cónclaves políticos. En esta crisis y en estas muertes, el Estado y el poder político están comprometidos hasta los tuétanos.


 


De Larreta para abajo,juicio y castigo 


 


Cuanto más se agrava la responsabilidad de empresarios, funcionarios y fuerzas de “seguridad”, mayor es el esfuerzo de todos ellos -y de sus agentes políticos- por autoindultarse y pasarle la pelota a otro de los involucrados. Se ha instalado una crisis política, acentuada por la presencia del PRO en todos los repliegues del negocio. Patricia Bullrich responsabiliza a “la Ciudad”, mientras sus funcionarios le echan el fardo a los prefectos. Todos ellos, en cambio, coinciden en sentar a la juventud en el banquillo, como verdadero y último responsable (“toma pastillas el que quiere”). Pero Costa Salguero ha sido una maqueta del capitalismo en descomposición, que recurre al narcotráfico para rescatar sus propias finanzas -naturalmente, en complicidad con el Estado. Para ello, no vacila en envenenar a los jóvenes, e incluso llevarlos a la muerte. Los macristas llaman a “no politizar Costa Salguero”. Pero se trata justamente de esto, de sacar todas las conclusiones políticas: exigimos la interpelación de los funcionarios responsables, de Rodríguez Larreta y Bullrich para abajo; como ocurriera con Ibarra, les cabe el juicio político. Llamamos a la juventud trabajadora y estudiantil a luchar por el juicio y castigo a todos los responsables políticos y empresariales de este nuevo crimen contra la juventud.