Políticas

25/1/2007|979

Coto: El gobierno quiere salvar a un amigo


Con 115 sucursales, 20.000 empleados y casi 3.200 millones de pesos de facturación anual, la cadena de supermercados Coto ha entrado en una fuerte crisis financiera. Tiene una deuda de 200 millones de dólares, que contrajo en la década del ‘90 para ampliar su red de sucursales. En 2001 había logrado refinanciar esa deuda, pero en términos perjudiciales: la tasa de interés pasó de 6,2 al 9%. No salió de la crisis.


 


Como SanCor, Coto es una referencia de la llamada burguesía nacional. Coto creció con enormes favores del menemismo; en esa época quintuplicó el número de sus sucursales. Kirchner tuvo choques con Coto en sus primeros meses de gobierno. Pero “la magia del cambio” vino con el rebrote inflacionario: Coto se avino a firmar con el gobierno el establecimiento de “precios pautados” para una pequeña canasta de productos… que ninguna de las otras dos cadenas de grandes híper, Carrefour y Jumbo, se apura por cumplir.


 


Una costosísima propaganda en Clarín (se dice que pagada por el gobierno) muestra a Coto “cumpliendo” con estas pautas de precios. Pero “Coto debe hacer frente al pago de dos vencimientos por 110 millones de dólares en los próximos ocho meses. El primero de 60 millones de dólares sería en un mes. El siguiente de 50 millones de dólares a mediados de 2007” (El Cronista, 18/1).


 


Frente a la crisis, el propio Coto difundió su acercamiento a Wal-Mart. Quería mostrarle al gobierno que si no hay “ayuda”, el “supermercado nacional” irá a manos de los norteamericanos… que no tienen ningún interés en los “precios pautados” de Kirchner.


 


El gobierno está discutiendo el salvataje de Coto por medio de la compra de la deuda (en manos de bancos privados y fondos de inversión) por los bancos estatales (el Nación, el Provincia, el Bice, el Ciudad), que luego se encargarían de bajar las tasas y alargar los plazos, o sea “licuar” la deuda.


 


Los negocios de la burguesía nacional no cierran. Como en SanCor, iremos a una extranjerización encubierta de uno de los patrones más negreros de la Argentina y seguramente a una nueva vuelta de tuerca en la explotación de sus trabajadores. En los últimos meses, en Coto hubo casi mil despidos “hormiga”, con la complicidad de la dirección del Sindicato de Empleados de Comercio.


 


Para el salvataje de los “amigos”, el kirchnerismo siempre encuentra fondos; para las jubilaciones, para la efectivización de los trabajadores en negro en el Estado o para un subsidio a los despedidos de Coto, nunca alcanza.