El rejunte de fuerzas, corrientes y agrupaciones que conforman el Frente para la Victoria empezó a manifestar sus contradicciones luego de conocerse la expulsión de los concejales Juan Carlos Neurburguer y Norma Ruiz. La crisis se desata en el marco de la pelea entre el PJ y el FPV.

 

El enfrentamiento fue suscitado por el proyecto de ordenanza enviado al Legislativo para tercerizar el mantenimiento del alumbrado público y semáforos, concesión que se otorgaría a la empresa Sutec. Frente a esta propuesta los dos bloques kirchneristas (¿?) habían tomado posiciones encontradas. El bloque K disidente ya se había manifestado por medios locales a favor del proyecto oficial, mientras que el bloque K oficial difería en cuanto a quién debía darse la concesión del servicio. Estos últimos proponían la creación de una cooperativa con el argumento de producir una mayor generación de empleo, encubriendo el manejo punteril y de clientelismo político que esta propuesta contiene.

 

La quiebra del PJ nos muestra la necesidad inmediata de profundizar la organización social de los barrios y la intervención política en los municipios, centro de las tendencias a la disolución del Estado.

 

Frente a esto, planteamos: el Partido Obrero se opone a las contrataciones digitadas sin control; denunciamos que el manejo punteril de las fuentes de trabajo que se puedan generar con la obra pública sólo producirán más trabajo precario y explotación sobre los trabajadores; el Partido Obrero levanta el monopolio de la obra pública por el Estado y bajo control de los propios trabajadores, la contratación de los trabajadores debe ser directa y de dependencia con el Municipio, bajo convenio, con un salario igual a la canasta familiar de 1.800 pesos, indexados por inflación.

 

En Almirante Brown tenemos trazada una mesa de trabajo con el intendente, donde se discutirá la mano de obra que se creará con la obra pública millonaria que se tiene preparada en el distrito; para la creación de una bolsa de trabajo bajo el control de los trabajadores.