Políticas

5/1/2006|930

Cromañón: La Plaza contra Kirchner


La inmensa movilización del 30 de diciembre se ha erguido como un factor político propio en el desenlace de la lucha de Cromañón.


 


Desde la suspensión de Ibarra, se había puesto en marcha un férreo operativo de blanqueo. La justicia rebajó los cargos contra los funcionarios ibarristas a cargo de la inspección de boliches y colocó en la primera fila de las responsabilidades a los “Callejeros”. Luego, Ibarra apareció como “corifeo” de Kirchner en varios actos oficiales.


 


La marcha del viernes pasado colocó en crisis a esta nueva operación. La movilización golpeó también a “los formadores de opinión” a sueldo del gobierno, que esgrimen regularmente la tesis del “desinterés popular” en la causa de Cromañón. A la Plaza de Mayo y a la avenida Rivadavia, llegaron miles de jóvenes porteños y bonaerenses.


 


Contra Ibarra y contra Kirchner


 


La marcha hizo recordar, por su concurrencia, a las jornadas de enero pasado, en lo más álgido de la indignación popular. Pero a esa combatividad, un año de lucha le ha incorporado una impresionante maduración política: el documento leído en Plaza de Mayo denuncia a Kirchner y a sus ministros como los principales encubridores. No es menor, por otra parte, que el documento asocie Cromañón con Puente Pueyrredón, identificando al mismo régimen —y hasta a los mismos personeros— en la responsabilidad última de las dos masacres. También a un mismo movimiento popular —el que se desarrolló a partir del “Argentinazo”.


 


El pronunciamiento leído en la plaza denuncia también a Telerman como “empresario corrupto”. Con este señalamiento, los familiares se han anticipado a condenar al eventual gobierno de “transición”.


 


Los jóvenes que coparon la Plaza soportan los cromañones cotidianos. Esta es la cuestión de fondo por la cual “los pibes” están “presentes, ahora y siempre”.


 


Perspectiva


 


La marcha ha castigado a las operaciones en curso para salvar a Ibarra. Pero ha revelado también la necesidad de avanzar en una perspectiva de organización, para desmantelar por completo al “Estado de Cromañón”.