Políticas

15/4/2010|1124

Cromañón: un pacto de silencio

En ocasión del recientemente sancionado “día de reflexión” sobre la masacre de Cromañón, se realizó un acto común entre los bloques políticos de la Ciudad. Asistieron Proyecto Sur (Laura García Tuñón), el macrismo (representado por la viceministra de Educación, Ana Ravaglia, y por el ex K y telermanista y actual PRO, Helio Rebot) y el kirchnerismo (María José Lubertino).

Macristas, kirchneristas y partidarios de Pino Solanas coincidieron en encubrir a los probados responsables políticos de la masacre. En el largo documento rescatando las intervenciones del acto, no se nombra una sola vez a Aníbal Ibarra. Sin embargo, el expediente del reciente juicio de Cromañón es concluyente sobre los vínculos entre el Gobierno de la Ciudad y los empresarios del espectáculo, que permitieron que Chabán pusiera la ganancia capitalista por sobre la vida de los 194 jóvenes. El acto fue un pacto de encubrimiento.

No es casualidad que el acto haya sido promovido y difundido por la Unión de Trabajadores de la Educación, que luego de la masacre se movilizó en apoyo a Ibarra y en contra del “golpismo” de Macri… ¡Con el agregado de que ahora hacen un acto con los “golpistas”!

¿Qué los une? La ciudad de Buenos Aires continúa siendo gobernada por los representantes de los mismos intereses que llevaron a la masacre de Cromañón. El macrismo vino a garantizar los vínculos con los empresarios del espectáculo que en su momento cultivaron Ibarra (y Telerman). José Iglesias (padre de Cromañón) afirmó recientemente que los controles sobre los boliches se caen salvo que la presión y la movilización popular los garantice.

Como lo mostró el asesinato de Rubén Carballo (en la represión durante el recital de Viejas Locas, en el cual se habían sobrevendido entradas), el gobierno capitalista de Macri (y la policía de Kirchner) garantizan que se siga poniendo la ganancia capitalista por sobre la vida de los jóvenes. El acto en común es una señal clara en el sentido de garantizar (bajo cualquier gobierno) la continuidad de estos intereses y, sobre todo, de enterrar (reduciéndola a una conmemoración inocua) la crisis política generada por la movilización popular contra Ibarra.

Contra este enjuague reaccionario, planteamos que Cromañón es un llamado a la juventud a organizarse contra el Estado criminal, contra la comercialización capitalista de la cultura y contra sus representantes políticos.