Un Plenario de Delegados de la CTA de capital y provincia ratificó la realización de un paro nacional para el próximo miércoles 27, que a todos los fines prácticos es completamente trucho. Por eso carece de relevancia el programa aprobado para la jornada, cuyo punto central sería la prohibición de los despidos por un período de 60 días. Lo principal es que se decidió -por propuesta de la Mesa- la suspensión del plan de acción hasta después del 28 de junio; el argumento es evitar que “ningún oportunista nos acuse de aprovechar las elecciones para hacer política, que nadie vincule nuestra lucha con las elecciones”.

El paro sería limitado a ciertos gremios y no está previsto ningún llamamiento a una huelga conjunta con la CGT y con sus sindicatos y comisiones internas. Pararían ATE, el Sutna (neumático), Ucra y Uala del transporte, Ctera, Judiciales, Cicop, las dos Conadu. Podría haber un paro del subte desde las 11 a las 14; se sumaría el Cuerpo de Delegados del Banco Nación y la comisión interna del Banco Provincia. Además de los visitadores médicos y una jornada de asambleas de APA (aeronáuticos). Pero no habrá una movilización a Plaza de Mayo. Como el plenario estuvo controlado por el sector que encabeza Fabio Basteiro, candidato de Solanas, muchos ponen en duda la realización del paro nacional por parte de Ctera, que apoya al gobierno y las candidaturas de Heller y Nenna.

La parálisis votada por el plenario es un sabotaje a luchas fundamentales, como la ocupación de Mahle o Cive, o las huelgas petroleras en la Patagonia.