Políticas

11/6/2009|1087

Cuando se trata de General Motors, Carrió es kirchnerista

Con los fondos de la Anses

La Anses otorgó a General Motors, de manera directa y sin intermediarios, un crédito de 70 millones de dólares para financiar el 58% del proyecto Biba (con el que se planea fabricar rodados de pequeña cilindrada con autopartes de origen local). Según la propia presidenta, el préstamo es otorgado “en condiciones sumamente convenientes para la empresa y los trabajadores” (Perfil, 4/6). Sin embargo, GM ya despidió 450 trabajadores (forzándolos al retiro voluntario) y mantiene 100 suspendidos. Según denuncian los propios suspendidos, “General Motors no tiene la mínima intención de reincorporar a esos trabajadores”.

El propio presidente, el vocero de General Motors (GM) para América Latina, Bernardo García, reconoció que es un salvataje de la propia empresa: “en este momento no existen muchas posibilidades de acceder a un crédito” (Crítica, 8/6). La razón salta a la vista: nadie le presta dinero a la subsidiaria de una empresa en quiebra.

Este salvataje de la GM con los fondos de los jubilados ha tenido un respaldo (in)esperado: Carrió declaró que “está muy bien” que se usen los fondos de la Anses para salvar a la GM con el argumento, copiado del matrimonio presidencial, de “sostener temporalmente el empleo” (Clarín, 5/6).

En oposición a la utilización de los fondos de la Anses para el salvataje de los pulpos en bancarrota, reclamamos la prohibición de despidos, suspensiones o reducciones salariales y la nacionalización de las empresas que cierren. Los fondos de la Anses deben garantizar el 82% móvil para los jubilados.