Políticas

8/4/2020

Cuentas en rojo en la Provincia de Buenos Aires

El Ministerio de Hacienda de la provincia de Buenos Aires difundió sus lineamientos para lograr​ la ​“sustentabilidad de la deuda pública” en base a reestructurar​ 7.148 millones de dólares.​ Se trata de una ​verdadera bomba de tiempo a corto plazo, que está en un 85% en manos de bonistas privados, un 5% del gobierno nacional y el 10% restante del Anses.


​Las razones invocadas por el gobernador Kicillof y su ministro Pablo López​ son una confesión de default, comenzando por reconocer​ la fragilidad de la situación fiscal, la caída “considerable” del producto bruto de la provincia y el “deterioro” de todos los indicadores sociales,​ en particular el​ aumento del desempleo, la pobreza y la indigencia en el Gran Buenos Aires. La crisis sanitaria disparada por el coronavirus, precedida por la epidemia del​ dengue, encuentra a la provincia en un quebranto. ​


​Aun cuando estamos a las puertas de una situación desesperante que requiere la mayor concentración de recursos económicos​ para combatir la pandemia, el gobierno de Kicillof se traza el objetivo de “recuperar la sostenibilidad​ de la deuda” fraudulenta, para lo cual acudirá a una​ “colaboración mutua ​con los tenedores de bonos en el marco de la crisis actual” para alinear los vencimientos​ con la capacidad de pago de la provincia. Lo que mostró el recule con el vencimiento del BP21 en enero es que esto significa que Kicillof está a merced de los Fidelity y compañía.


Buenos Aires forma parte del pelotón de distritos al borde de la ​ cesación de pagos, donde también se encuentran Chubut, La Rioja y Salta. A lo largo del 2020 el Estado bonaerense​ tiene ​compromisos por​​ 220.000 millones de pesos, ​que equivalen al 15% de todo el presupuesto provincial. A esto hay que agregar que del total de vencimientos previstos para el 2020 y el 2021 casi el 90% debe pagarse en dólares.


​Hacienda destaca el peso de esta deuda a la luz de la la caída de los ingresos tributarios, que se estiman para abril del orden del 35 al 45%. Esta situación es producto del impacto del párate económico en un esquema de recaudación regresivo que la ley impositiva votada a principios de año perpetuó, manteniendo el peso de la carga tributaria sobre las familias trabajadoras mientras perpetúa la valuación irrisoria de las tierras rurales y las exenciones a los industriales.


Si bien Kicillof​ pide una extensión de los vencimientos prometiendo recuperar la capacidad de pago si “dejan crecer a la provincia”, es evidente que todo “crecimiento” se choca con la loza pesada de la deuda externa. La designación del​ ​ Citi y el Bank of America como “asesores” para la reestructuración y del D.F King​ como como “canal de comunicación con​ el mayor número de tenedores de bonos” revela que la banca norteamericana atiende de los dos lados del mostrador en la renegociación. Sin embargo, como se vio en enero, si la oferta no es lo suficientemente tentadora los fondos podrían rápidamente elegir dirimir la cuestión en los tribunales de Nueva York. La posibilidad de una negociación “amistosa” en base a una postergación considerable de los plazos de pago y una reducción de las cargas de capital e intereses se aleja cada vez más con el desarrollo de la crisis mundial.


A todo esto se agrega la crisis política. La desconfianza en la capacidad del gobierno de Kicillof​ para enfrontar la pandemia dio lugar a una “feudalización” de los intendentes del PJ y a choques por el manejo de la policía comunal que el Gobernador puso bajo la órbita de Sergio Berni. No es solo una disputa por el control de la fuerza, sino además ​un reforzamiento de la Bonaerense ante la amenaza de una reacción social en respuesta al crecimiento de la miseria. Finalmente el párate económico se descarga sobre los trabajadores con​ miles de despidos y suspensiones. La preocupación ante esta situación explosiva, según varios medios de prensa, ​lleva a Kicillof a colocarse como partidario de levantar cuanto antes la cuarentena​ obligatoria. De más está decir que en las actuales condiciones esto agravará la crisis sanitaria, que deberá ser afrontada con un sistema de salud devastado.


Para hacer frente a la pandemia hay que de sostener el pago de la deuda e investigar esa estafa contra el pueblo. La reconstrucción de la provincia es incompatible con el saqueo de la deuda externa.​ ​