¿Era posible un gobierno más entreguista que Menem?

De la Rúa ya ha demostrado que sí.

La designación de un Consejo de Supervisión del Estado, integrado por el Citibank, el BankBoston, IBM, Loma Negra y otros, ha convertido a la Casa Rosada en una oficina del imperialismo yanqui.

Si le agregamos la ratificación del pacto militar extra Otan con Estados Unidos, de los acuerdos de entrega de Malvinas y del sometimiento monetario a la banca central norteamericana (convertibilidad), el gobierno de la Alianza es mucho más semicolonial que el menemista.

Pero además tenemos el gabinete.

Con un López Murphy que ha dicho que hay que bajar los salarios.

Con un Llach que quiere convertir a la masa de la juventud en pasantes de 100 pesos al servicio de los explotadores.

Con un Machinea y un Flamarique que quieren liquidar por completo los convenios de trabajo por industria, con el fin de derogar hasta las comas y puntos del derecho laboral.

Hay que ser claros: lo que los burócratas del MTA y de la CTA están apoyando es a un gobierno rabiosamente anti-nacional y claramente anti-obrero; lo mismo hacen los izquierdistas del Frepaso. Por eso se encuentran acompañados por las centrales patronales, los gobernadores peronistas, el clero de todas las tendencias y la CGT ‘empresarial’.

Este enorme frente de la entrega, sin embargo, habrá de estallar en mil pedazos. De que ello ocurra se encargarán la crisis económica y las rivalidades y apetitos capitalistas y, por sobre todo, la lucha popular.

El Partido Obrero convoca a un gran frente de lucha para acelerar este proceso y para impedir la reanudación de la ofensiva antiobrera.

La salida a la decadencia nacional y a la superexplotación depende de la victoria de esta lucha.

Por un mínimo salarial, jubilatorio y para desocupados de 600 pesos.

Que se convoquen a las convenciones de trabajo por industria, con paritarios elegidos en asamblea.

Fuera el FMI.

Contra el gobierno-semicolonia: Plan de lucha.