Políticas

5/12/2013|1296

De la victoria electoral a la organización de miles de trabajadores y jóvenes

XXII Congreso del Partido Obrero - 18, 19, 20 y 21 de abril

El XXII Congreso del Partido Obrero, en abril próximo, tendrá el desafío apasionante de dar cuenta de una situación política en muchos sentidos excepcional. El debate político hacia el Congreso comenzará a mediados de enero, con numerosas reuniones, plenarios, campamentos y salidas de verano. Será la primera experiencia de discusiones políticas sistemáticas para varios miles de compañeros que se han incorporado, y se siguen incorporando a nuestro partido, al calor de la experiencia de la reciente campaña electoral. Será el Congreso de formación y consolidación de nuevos contingentes de luchadores de la clase obrera, la juventud y diversos sectores populares.


Década de delimitación política


Las elecciones recientes han dejado planteada la retirada estratégica del kirchnerismo, por un lado, y el ascenso de una izquierda revolucionaria, por el otro, en un marco de cesación de pagos, devaluaciones y ajustes, así como también de dispersión política de la burguesía. El Frente de Izquierda obtuvo 1.200.000 votos a nivel nacional, varios diputados, legisladores provinciales y concejales, y finalmente el 'salteñazo' -una derrota electoral del peronismo y la derecha frente al Partido Obrero.


Los resultados expuestos culminan una etapa en el desarrollo de nuestro partido. Desde la crisis pre-revolucionaria de 2001/2, el país enfrentó la experiencia de una 'reconstrucción nacional' bajo la batuta de la misma burguesía nativa que había llevado a Argentina a la bancarrota. Fue una década de delimitación política consecuente y sistemática del socialismo, frente a una nueva tentativa tardía del nacionalismo burgués, cuando la inmensa mayoría de la izquierda sucumbía a la cooptación del oficialismo o, lo que es lo mismo, a una oposición pequeño burguesa que, en forma reiterada, salió al rescate del gobierno K. Los congresos -anuales- de nuestro partido fueron un ámbito extraordinario de la experiencia de esta confrontación política y de las luchas obreras y populares que expresaron, en la base de la sociedad, la incompatibilidad entre el Estado capitalista y el movimiento elemental de los explotados.


Este desarrollo concreto de delimitación -o sea, por medio de la experiencia- operó como un trabajo preparatorio que debía hacer eclosión a través de enfrentamientos y crisis. Es lo que ha llevado al actual ascenso de la izquierda, en un recorrido de avances y retrocesos. Fue la clave, en el momento de ascenso de la experiencia kirchnerista, para enfrentar la cooptación que se llevó puesta a la izquierda y a un sector significativo de la vanguardia popular. Lo mismo ocurrió cuando la oposición creyó que había llegado su turno, en la rebelión sojera y, otra parte, se subió al carro de los intereses capitalistas. Nuestra franca delimitación política de los sectores capitalistas y pequeño burgueses significó una fuerte confrontación de programas, tácticas y políticas. Esta escuela de lucha política ha nutrido el desarrollo del Partido Obrero en empresas, lugares de estudio y sindicatos, y en el gran salto electoral de octubre y noviembre pasados. Numerosos sectores obreros y de la juventud han votado al Frente de Izquierda al cabo de una experiencia de confrontaciones políticas, por un lado, y de luchas que fueron la expresión social de esas confrontaciones políticas. Abstraer la evolución política de las masas de la confrontación política que acompañó esa evolución es solamente una especulación académica. Para romper ataduras políticas o para superar ilusiones políticas, deben haberse desarrollado los instrumentos políticos correspondientes, los que se han desarrollado como factor subjetivo y consciente de las experiencias políticas. Es por eso que el descontento del pueblo con el gobierno kirchnerista no ha sido capitalizado solamente por la llamada oposición de derecha, sino en una medida decisiva por el Frente de Izquierda y los Trabajadores -al cual ha arribado el sector más combativo de los trabajadores.


Alternativa política


Los resultados electorales han refutado de forma definitiva la tesis K de que la acción de la izquierda es funcional a la derecha. Hemos desarrollado a la izquierda como alternativa política en el mismo momento en que el gobierno retorna al Banco Mundial, al FMI, al Club de París, al Ciadi, a la reprivatización del petróleo y a la dolarización de la economía. Hemos abierto una perspectiva política sin precedentes al conjunto de la izquierda de América Latina, la que ha atravesado, pero con otras políticas -esencialmente centristas y vacilantes- experiencias similares, como el chavismo, el lulismo, el frenteamplismo y el indigenismo. El fracaso en construir un partido de trabajadores desde el aparato de una burocracia sindical, en Bolivia, es una de las experiencias que ilustran este contraste de aproximación estratégica a la crisis latinoamericana. La movilización popular descomunal que desató el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra puso de manifiesto de qué lado se ponían las masas entre la complicidad del aparato oficial con el crimen, de un lado, y la denuncia implacable de nuestro partido y el reclamo de destruir a la burocracia sindical y a todo el aparato policial, empresario y ministerial que prohijó el asesinato, del otro.


La transición y el PO


El XXII Congreso del PO tendrá que dar cuenta de una nueva etapa política. La bancarrota económica y política ha llevado al kirchnerismo a buscar refugio en el pejotismo -el que, sin embargo, se encuentra desmantelado y sin liderazgo- y en el FMI. El 'bonapartismo tardío' que pretendió ejercer CFK ha dado paso a un gobierno de gabinete o a una 'parlamentarización' del Ejecutivo, que es apenas un episodio de una crisis política en búsqueda de desenlace. La velocidad de la crisis financiera plantea un escenario de bancarrota económica, que el gobierno procura conjurar con un ajuste contra los trabajadores y el reclamo de socorro al capital financiero internacional. Ambos recursos, sin embargo, aceleran la crisis en curso: desata la resistencia de los trabajadores, por un lado, y aumenta las exigencias de los pulpos capitalistas. Como ya ocurrió en 2001, cuando el centroizquierda quedó al margen de la explosión social y política, ahora acerca sus bochines a los oficialismos. El Partido Obrero, que en la pasada crisis se puso a la cabeza del movimiento obrero, es hoy un constructor del Frente de Izquierda y del 'salteñazo'. La historia se repite -una vez como heroísmo, la segunda como epopeya.


La transición que enfrenta el país también tiene su expresión en el propio Partido Obrero. En los últimos meses, se han incorporado al PO contingentes numerosos e importantes de luchadores, especialmente de la juventud trabajadora y estudiantil. Esta incorporación convierte al XXII Congreso del PO en una escuela de nuevos militantes, "una escuela de estrategia revolucionaria". Caracterizamos la tarea estratégica de la nueva etapa como un pasaje "de la victoria electoral a la organización socialista y revolucionaria de miles de trabajadores y jóvenes". El Congreso elaborará, también, la táctica socialista en los parlamentos burgueses, pero nunca de una forma doctrinaria, sino a la luz de la experiencia mundial, de la actual etapa política y de las características del desarrollo de la conciencia de clase de los trabajadores.


La preparación exitosa del XXII Congreso coincide con el 50º aniversario de la fundación de Política Obrera. Somos la única organización socialista, combativa o de izquierda que ha atravesado una parte decisiva de la historia de Argentina y de sus masas con las banderas desplegadas. ES LA MEJOR HERENCIA QUE NUESTRO PARTIDO DEJA A LA NUEVA GENERACION.