Políticas

5/11/2009|1107

Decreto K favorece a Clarín

El gobierno acaba de pactar con los grandes pulpos mediáticos una pacífica transición de la “ley de medios de la dictadura” a la de la “democracia” para que todo siga igual.

El Senado convirtió en ley el decreto 527 de “necesidad y urgencia” que Kirchner firmó en mayo de 2005, entre gallos y medianoche, mediante el cual extendía automáticamente las licencias por diez años a las empresas multimedia. Eran los tiempos en que no se había decretado la farsa de todas las batallas.

Entre los considerandos del decreto, originalmente pergeñado por Duhalde cediendo a la presión del lobby empresarial, se señalaba que “la situación de los medios audiovisuales necesita un horizonte de previsibilidad que involucre los plazos mínimamente necesarios para recomponer su situación económico-financiera”. En crudo, Kirchner les entregaba una enorme rentabilidad a larguísimo plazo a los grupos de Electroingeniería, Uno, Hadad y Clarín.

En aquel momento, la Coalición por una radiodifusión democrática, el Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco) y la dirección de la Carrera de Comunicación en la UBA, entre otros, pusieron el grito en el cielo. Hoy, cuando el decreto se hace ley, no dicen ni mu. ¡Milagros de la conversión kirchnerista!

La sanción en el Senado -nos anoticiamos que Diputados lo había votado en otra noche de julio de 2007- se interpretó como una paradoja: mientras aquel decreto extendía el negocio a los pulpos mediáticos; la nueva ley de medios fijaría un plazo de un año para comenzar una supuesta desinversión.

Pero la paradoja se deshace en un suspiro, porque en cualquier caso el gobierno va a garantizar la “seguridad jurídica”; esto es, el formidable negocio de los grupos capitalistas en los medios. Por un lado, porque el plazo de desinversión ya se transformó, también automáticamente, en dos, al comenzar a contabilizarse a partir del 10 de diciembre. Eso siempre que los grupos multimedia no empantanen el tema en la justicia o la nueva Legislatura no resuelva revisar la ley (PO Nº 1.105).

Por el otro, porque la ley/decreto reafirma los derechos “adquiridos” (concedidos por el gobierno) para que, de aplicarse la cláusula de desinversión, las empresas de medios puedan no sólo fundamentar sus reclamos judiciales sino, sobre todo, seguir reteniendo, con fuerza de ley, todos los medios en sus manos.

Quien desempolvó el decreto que prorroga las licencias para llevarlo al recinto fue el dueño de Radiovisión Jujuy SA y presidente de la Comisión de Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado, Guillermo Jenefes. Ahora se comprenden los términos de la negociación que llevaron al senador jujeño a cambiar su oposición inicial -precisamente por la cláusula de desinversión- por el voto positivo que permitió que la ley se tratara en el Senado en tiempo récord.

Pero fue el jefe de la bancada kirchnerista, Miguel Angel Pichetto, el que confesó abiertamente la línea oficial: “No es cierto que este tema sea incompatible con la ley de servicios de comunicación audiovisual, particularmente en su artículo de desinversión. Con este decreto las empresas van a poder negociar mejor en los casos en que deban desinvertir. No es lo mismo negociar con una licencia ya caída que con una vigente” (El Cronista, 29/10).
Si algún grupo de medios todavía estaba “nerviosho”, ya puede serenarse. Los Kirchner les van a mantener los mismos negocios hasta más allá de su mandato.