Políticas

31/1/2008|1025

Derrumbe de aseguradoras financieras


Al mediodía de lo que iba a ser otro "miércoles negro" en la Bolsa de Nueva York (23/1), "la oficina del Superintendente de Seguros de Nueva York informó de que estaba en negociaciones con varios bancos para acordar un plan de apoyo financiero a las aseguradoras de bonos. Y lo que hasta entonces eran pérdidas se convirtieron en forma vertiginosa en ganancias: el Dow Jones cerró con una subida del 2,5%, más del doble de lo que perdió el martes" (El País, España, 24/1).


Salió así a la luz otra faceta de la crisis: el derrurmbe de las aseguradoras financieras, encargadas de proteger el valor de los títulos públicos y privados que se negocian en Estados Unidos. Los inversores compran los llamados "credit default swaps" para tomar un seguro contra bancarrotas. Al caer la cotización de los bonos, esas compañías de seguros deberían poner la diferencia… "que los analistas estiman en 350.000 millones de euros" (ídem). ¡500.000 millones de dólares!


A partir de esta situación, "muchas compañías de seguro irán a la bancarrota… Es el siguiente paso", admitió John Mauldin, "uno de los analistas más reputados en Norteamérica", quien asegura así que "el problema principal en Estados Unidos no son las subprime (hipotecas de alto riesgo): lo peor aún está por llegar: la bancarrota de las aseguradoras financieras" (Cinco Días, España, 26/1).


Pero si las aseguradoras no pueden hacer frente al pago de las pólizas, las pérdidas contabilizadas por los bancos, como el City, Merryl Lynch, serían todavía mayores a las previsiones que han hecho hasta ahora por más de 200.000 millones de dólares. El mismo problema se presenta para los Fondos de Inversión de alto riesgo (los "hedge fund"), los fondos de pensión y todo fondo que circula por el plantea.


Lo que se viene


El mercado financiero está paralizado: "hoy es imposible obtener financiación a tres, dos o siquiera un año", reconoce El País (27/1). Pero todavía no se ha procesado lo más importante: contabilizar los bonos efectivamente a sus precios reales. Recién "a partir de abril, las compañías auditoras han de valorar los activos titularizados…" y entonces "a partir del cuarto mes del año debería conocerse la dimensión de los agujeros, el verdadero valor de los títulos (los colaterales) y las repercusiones de la posible quiebra de estos vehículos financieros en los bancos" (El País, 27/1).


Mientras tanto, los que depositaron sus ahorros en acciones y fondos, a través de los bancos o en forma directa, están vendiendo esos títulos para comprar oro o simplemente para asegurarse un plazo fijo. Esto profundiza la caída de esos activos y las pérdidas para los bancos, las financieras y los fondos.


¿A cuánto pueden ascender estas pérdidas y quebrantos? Nadie lo sabe, ni siquiera los presidentes de los Bancos Centrales. Martín Redrado, presidente del Banco Central argentino, comentó que "ya nadie sabe cuántas veces se han transferido estos riesgos, donde están ubicados hoy y quién lo financió" (La Nación, 9/9).