Políticas

30/10/2003|823

Derrumbe de Kirchner. Avance del PO

Los resultados electorales han propinado una tremenda derrota a Kirchner y al PJ tucumano. Asimismo, la abstención electoral llegó al 50% del electorado, lo cual no tiene precedentes en la provincia. El PJ literalmente se derrumbó: de los 280.000 votos que obtuvo hace dos meses Alperovich, bajó a poco más de 80.000 votos. Las flotas de remises quedaron estacionadas en los barrios.


Fuerza Republicana obtuvo un 33,7% (aunque 15% del padrón electoral). Los votos al bussismo son casi 100.000 menos que cuando Bussi ganó la gobernación, y sólo reflejan una transferencia episódica de votos desde López Murphy y Jerez.


Las otras fuerzas patronales también sufrieron retrocesos; el ex fiscal Jerez logró menos de la mitad de los votos obtenidos en la reciente elección provincial, bien que allí era cabeza de una coalición que esta vez se presentó fracturada, sin embargo también cae la suma de todas estas fracciones, lo que muestra una caída general de votos. Parajón y su Pueblo Unido se inmolaron yendo como aliados de la UCR (no llegaron a los 40.000 votos). La centroizquierda, que se presentó como la representación del kirchnerismo puro, no llegó al 4% de los votos a pesar de un despliegue publicitario en la calle y los medios.


En las filas de la izquierda algunas cosas se pusieron en su lugar. IU obtuvo 6.300 votos, casi la mitad de los 11.276 que había obtenido en el 2001. El PH logró 8.632, también muy por debajo de los 11.805 del 2001. El PO logró 7.600 (1,83%), por encima de los 6.590 del 2001.


La izquierda


En las últimas elecciones se venía produciendo algo que no respondía a la realidad. En la lucha el PO superaba por más de 10 a 1 a IU. Esa tendencia se fue acentuando en el último período, en todos los terrenos; sin embargo, en las elecciones del último período IU sacaba más votos que el PO. Con el PH ocurrió algo similar; no interviene en los procesos de lucha, pero tuvo un lugar destacado en los medios que se le negó al PO, tanto en La Gaceta como en televisión.


La campaña del PO fue pensada para afianzarnos ideológicamente entre los trabajadores y en barriadas donde es fuerte nuestra lucha reivindicativa y el trabajo de organización. Tuvimos un éxito notable. En Los Ralos logramos el 14% (salimos terceros), y el 10% en las escuelas donde vota el Barrio La Costanera (Capital), y el 3,4% en el departamento de Alberdi (sur de la provincia); localidades donde hicimos actos con más de mil compañeros. En varios departamentos superamos el 2%, como en la capital, en Cruz Alta, Lules y Yerba Buena. El PO brindó un canal revolucionario para la bronca popular, pero por sobre todo un contenido ideológico a la expresión de una gran masa de obreros y piqueteros.


Tuvimos casi 1.000 fiscales. Hicimos más de 20 actos y varias marchas del Polo contra la super-ley. El PO ha salido templado de la lucha política, fortalecido en sus filas y convicciones.


Dos fuerzas de izquierda llamaron al voto en blanco o a la abstención. Patria Libre declaró en una solicitada que los nuevos vientos que trae K no tenían representación en las elecciones, aunque Kirchner llamó a votar al masacrador de niños Miranda, lo que demuestra que el de Patria Libre es un kirchnerismo “à la carte”. Otro que votó en blanco fue el Pcr, pero con mala fortuna, porque allí donde la Ccc está más desarrollada el PO tuvo su mayor crecimiento electoral.


Perspectivas


El 29 asume Alperovich. La derrota del PJ no va a caer en saco roto. Ya están convocadas nuevas marchas y paros de estatales contra la promulgación de la super-ley. Por otro lado, ya han cobrado estado público las rencillas en el nuevo gabinete, en el cual coexisten bussistas, parajonistas, representantes del Credicoop, del mirandismo, de la UCR y de la más rancia oligarquía. Algunos ya sostienen que es tarde para convocar a la Constituyente que no pudo reunir Miranda para habilitar la reelección del gobernador. Alperovich depende de Kirchner, el cual depende de los acreedores internacionales y de las privatizadas. A ese cuadro se integra el encarcelamiento de Bussi, que pondrá a las claras la impotencia del actual régimen para terminar con la impunidad. En ese marco se avecina una convulsiva crisis social.