Políticas

29/5/2014|1316

Derrumbe económico y Rodrigazo K

EXCLUSIVO DE INTERNET

Derrumbe econ�mico y Rodrigazo K




La decisión oficial de reducir las tasas de interés, para contrarrestar la caída industrial ha tenido como consecuencia la disparada del dólar paralelo. La paz cambiaria ha llegado a su fin.

El anunciado ingreso de dólares de la soja, con la cual el gobierno esperaba engrosar las reservas internacionales, ha culminado en otra frustración. Las reservas apenas han aumentado 1.200 millones de dólares, menos de la mitad que lo que el Central perdió solo en enero. Los dólares que ingresaron por la cosecha salieron para hacer frente a las importaciones energéticas y el pago de la deuda externa. A eso se unen las propias cerealeras, que se han volcado en los últimos días al dólar blue.

El gobierno ha ido quemando sus últimos cartuchos. No hay margen para seguir aumentando la tasa de interés que, en los niveles actuales del 30 por ciento, se ha vuelto una carga insostenible para la economía. La nueva disparada del dólar forzó al Central a frenar los permisos de importación, como en la mejor época de Moreno. Pero este expediente improvisado y de apuro echa leña al fuego del parate económico y desnuda el empantanamiento de la política oficial.

La quiebra del Central

En los próximos dos meses, vencen letras (Lebac) por 80.000 millones de pesos y a eso se agrega la compra de dólares de la cosecha. Mientras tanto, los subsidios, lejos de bajar, han subido, como consecuencia de la devaluación que ha disparado la carestía y la factura energética, en particular. Esto implica un nuevo salto en la emisión monetaria, lo que obligaría al Central a una nueva emisión de títulos. Un bola de nieve, a lo que se agrega a la deuda que el Tesoro nacional acumula con el Banco Central, que asciende al 150 por ciento de sus reservas. Una deuda incobrable, que coloca al Central en un virtual quiebra.

Reendeudamiento

En este cuadro, el kirchnerismo se abraza, aún más, al recurso de un auxilio del capital financiero internacional. Las concesiones generosas a Chevron o la indemnización ruinosa a Repsol, sin embargo, no han aportado a esa salida. Las negociaciones con el Club de París pueden terminar también en un nuevo fiasco. El tándem KK estaría estudiando un aumento en el desembolso de dinero en efectivo, pero, aún eso, no lo salvaría de la injerencia del FMI. Lo que está en discusión en torno al monitoreo de dicho organismo es la necesidad de un ajustazo en regla y definitivo. Desde el FMI para abajo exigen una devaluación mayor del peso, la extensión de los tarifazos a todos los servicios y el levantamiento del cepo cambiario. Este programa es lo que reclaman los economistas y candidatos de la oposición y, de un modo general, la clase capitalista.

Los que habían pronosticado que la devaluación de enero colocaba las cosas en un “nuevo equilibrio” piden ahora una nueva devaluación, que compense la escalada inflacionaria de estos meses y, también, los aumentos salariales arrancados en las paritarias”. Nadie está convencido de que la devaluación de enero sea la última: la mayoría de las consultoras prevé que el dólar oficial se ubicaría entre 9,10 y 9,80 en diciembre (La Nación 25/5).Este escenario general es el que explica que el endeudamiento que consigue el país al cual, ahora, se han sumado las provincias, se paga a una tasa de 12 por ciento en dólares o más. Los “nacionales y populares” han hecho la proeza de que Argentina pague tasas confiscatorias, superiores a las vigentes en cualquier otro lugar del planeta. Estas operaciones usurarias caracterizan, sin embargo, a la víspera de toda cesación de pagos.

En resumen, un nuevo ataque está en puerta, mientras las contradicciones y desequilibrios del ajustazo estallan por todos lados. Es necesario que los trabajadores abordemos la etapa que en la que entramos con una clara comprensión de este cuadro de situación, de modo de llevar a la victoria la lucha contra el Rodrigazo en curso.

Pablo Heller