Políticas

30/4/2020

Desde Santa Fe, un ministro deschava que se está levantando la cuarentena

El ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Saín, dio a conocer que el gobierno está levantando la cuarentena de forma subrepticia, tal como se escuchó en un audio que envió por mensajería a los jefes regionales de la policía provincial que trascendió en todos los medios de prensa.


Allí se escuchan las nuevas directivas para las fuerzas represivas: “ya es muy difícil de controlar en el sentido estricto que lo hemos venido haciendo, con relación a una cuarentena donde quedaba muy en claro cuáles eran el conjunto de infracciones y las excepciones eran muy puntuales y acotadas (….) la policía pasa a ocupar un rol bastante secundario al respecto (…) ya no haciendo controles estrictos como hasta ahora”.


Paso seguido explica el fundamento político: “esto está muy forzado por factores de poder e intuyo que por encuestas, al no haber tanta cantidad de muertos la sensación social que hay es que todo esto no tiene sentido (…) entonces el gobierno está tratando de que ese ánimo social no se convierta en ánimo antigobierno, que de hecho va ocurrir (…) el grueso de la gente no tiene un sueldo”.


Y concluye: “Yo vengo del palo del progresismo y de la izquierda. Todos mis compañeros de la izquierda siempre han sido grandes pelotudos”.


Mientras manda a levantar los controles de la cuarentena, Saín hace profesión de su fe del converso represivo, apuntalando la avanzada represiva y los apremios ilegales contra miles de jóvenes, mujeres y trabajadores de las barriadas populares que han denunciado innumerables actos de violencia estatal de la narcopolicía santafesina, que vio en la cuarentena la oportunidad de incrementar su poder represivo y regimentador, mientras crecen el hambre y la miseria.


La farsa de los “inflexibles”


Lo expresado por Saín forma parte de la profundización de la llamada “cuarentena administrada” que a nivel nacional significó en los hechos exceptuar a los capitalistas del cumplimiento de la misma. Es evidente que esta disposición no atañe solo a Santa Fe.


Tras el anuncio de la extensión de la cuarentena hasta el 10 de mayo, y el decreto de Alberto Fernández habilitando a la población a salir de sus casas una hora por día de forma recreativa, Perotti junto a intendentes locales, así como Larreta, Schiaretti y Kicillof, y firmaron un comunicado “indignándose” por esa flexibilización. Sin embargo, mientras tanto y bajo cuerda daban el tipo de órdenes que se escuchó ejecutar a Saín para favorecer la liberación completa. El eje tendencioso de la polémica al respecto de las salidas “recreativas” –que por otro lado tienen un fundamento sanitario vinculado a la salud entendida desde una concepción integral- busca ocultar que oficialistas y opositores pugnan por levantar la cuarentena a cualquier costo.


Es lo que ya venía pasando en numerosas industrias no esenciales, en el caso de Santa Fe favoreciendo la continuidad de la actividad agroexportadora que no cesó un minuto pese a las numerosas denuncias de los obreros del cordón industrial sobre los peligros de entrar en contacto con personal y productos extranjeros que venían de países severamente afectados por la pandemia. Hace pocos días se conoció un audio estremecedor de un portuario contagiado que trabajaba para Cargill y fue obligado a seguir trabajando con síntomas. Mientras se permitió que el complejo agroexportador continuara sus actividades sin cumplir con las normas de seguridad e higiene, se acumulan en los silos el equivalente a 9 mil millones de dólares en granos, acción por la cual estos pulpos presionan por una mayor devaluación del peso.


El ánimo antigobierno que pudiera haber no se debe a la sanción de la cuarentena, que tiene un alto acatamiento social y ha sido motivo de luchas de diversos colectivos obreros por su cumplimiento. La tensión clasista que reseña Saín tiene que ver precisamente con las medidas capitalistas para presionar por su levantamiento, como despidos, suspensiones, rebajas salariales, presiones para ir a trabajar sin que existan condiciones adecuadas de transporte y elementos de bioseguridad en las empresas, todas ellas “homologadas” por los distintos gobiernos y la burocracia sindical.


A lo cual, debemos agregarle la creciente bronca popular en las barriadas, con cientos de miles de trabajadores que se quedaron sin ningún ingreso, sin comida en los comedores que los asistían y con el cobro del subsidio de emergencia 10 mil pesos en muchos casos recién para junio o julio. Esta mirada la expresa una reciente encuesta realizada en Rosario por Doxa Data, donde se informa que el 68% de la población dijo estar de acuerdo con aplicar un impuesto a las grandes fortunas a fin de que esos recursos se destinen a “créditos para Pymes, ampliación del presupuesto de salud, ayudas económicas a monotributistas, incremento de políticas sociales” (Página12, 25/4)


Levantamiento capitalista


Una reciente entrevista al secretario de la Fisfe (Federación Industrial de Santa Fe), Wálter Andreozzi, da cuenta de que 2.000 empresas de Santa Fe ya están en funcionamiento a pesar de la cuarentena, y esto representa el 41% de los rubros industriales de la provincia. Indicó que esto fue solo posible por el “trabajo” en conjunto de Nación, provincia y la totalidad de los municipios (El Ciudadano, 25/04).


Por su parte, el ministro de Trabajo de la provincia, Roberto Sukerman, señaló que al ministerio llegaron 10.000 protocolos sanitarios de empresas e industrias para que sean revisados, aprobados y comiencen a funcionar (Página/12, 25/04).


El levantamiento de la cuarentena en Santa Fe ya está en marcha hace rato y lo está consumando la clase capitalista con la complicidad de todo el arco político. Desde el gobierno nacional, pasando por el gobernador Perotti, hasta las intendencias dirigidas por el PJ, el PRO o el Frente Progresista. En cuanto al Frente Progresista, vale destacar que el intendente de Rosario, Pablo Javkin, anunció que están evaluando el impacto sanitario de las actividades ya exceptuadas en los anteriores decretos presidenciales, para avanzar más aun en otros rubros industriales que forman parte de las nuevas excepciones.


Es clave por ello, la intervención de la clase obrera en el marco de esta enorme crisis en el país. Defendiendo el salario de la rebaja que quieren imponer el gobierno, las patronales y las burocracias sindicales, defendiendo los puestos de trabajo y las condiciones de trabajo. El control obrero para determinar las actividades que son esenciales realmente, y el respeto irrestricto de los protocolos sanitarios y la apertura de los libros de las empresas son medidas que impone la realidad, para defender la vida de las y los trabajadores.


Que la crisis la paguen los capitalistas.