Políticas

29/8/2014|1329

Desocupación y crisis

EXCLUSIVO DE INTERNET

HAY QUE PROHIBIR LOS DESPIDOS Y SUSPENSIONES

crisis




Las últimas cifras oficiales sobre la situación del empleo en la Argentina dan cuenta de la gravedad de la crisis, más allá del enorme esfuerzo por encubrir la verdadera situación de los trabajadores. Según el Indec, la desocupación alcanza al 7,5% de la población, casi un millón y medio de personas, registrando un leve aumento respecto al primer trimestre del año. El impacto es mayor en las regiones industriales del país como el Gran Buenos Aires, La Plata, Gran Córdoba, Rosario, el cordón industrial de San Lorenzo o Tierra del Fuego.

Sin embargo, las cifras del gobierno son engañosas y ocultan la verdadera dimensión del problema. En primer lugar, porque en el último año, tal como admite el mismo organismo, hubo un marcado descenso de las tasas de empleo y actividad -es decir que hay mucha menos gente trabajando respecto al total y mucha menos gente buscando trabajo. La estadística oficial no mide el “desempleo oculto” de unas 200 mil personas a las que considera “inactivas” porque en el último período dejaron de buscar trabajo, la mayoría de ellos desmoralizados por una búsqueda infructuosa (a la que habría que agregar, tal como hicieron algunos observadores, el último tarifazo en los colectivos del área metropolitana de Buenos Aires). Según diferentes especialistas, si se tomara la población económicamente activa de los últimos años la cifra se ubicaría hoy entre el 9 y el 11%.

Las estadísticas oficiales tampoco incluyen como desocupados a quienes reciben planes sociales nacionales, provinciales o municipales a cambio de alguna contraprestación. Esto explica las ridículas cifras de regiones como el Chaco (0,6%), Formosa (1,9%) y Posadas (2,9%) donde priman planes y subsidios de miseria. Lo mismo ocurre con el trabajo marginal, la venta callejera y otras formas de trabajo ocasionales. Según la CGT de Moyano, “bien medido” el desempleo afecta al 20% de la población.

Como ocurre con los jubilados, el gobierno condena a los desocupados a un subsidio de desempleo ruinoso y limitado, que hoy se encuentra en su piso histórico, completamente desvinculado del salario mínimo.

El cuadro se completa con otras variables que tampoco entran en la cuenta como el crecimiento en el último período de las suspensiones, recortes de horas extras y la eliminación de turnos en varias industrias, que junto a la inflación reducen el poder adquisitivo del salario. La situación es especialmente grave en el tercio de la fuerza laboral que se encuentra “en negro” bajo distintas formas de precarización e inestabilidad laboral.

El cierre de 311 mil cuentas sueldos en el último trimestre que informó el Banco Central, más allá de los fenómenos estacionales, puede indicar tanto la pérdida de un puesto como un “corrimiento” hacia la informalidad de un sector de trabajadores.

Frente al escenario de la recesión y crisis, el jefe de la UIA advirtió que la agenda de los capitalistas pasa por la devaluación, un vehículo para avanzar sobre las conquistas, los salarios y los puestos de trabajo. El gobierno K se ha limitado al anuncio de un aumento de los Repro, un subsidio de la Anses que paga parte de los sueldos de los trabajadores de empresas que acrediten crisis.

La agenda de los trabajadores pasa por prohibir los despidos y suspensiones y reclamar el reparto de las horas de trabajo disponibles sin afectar el salario.

Matías Villar