Después de 40 días se levantó la carpa de Ecotermo

Pero no es una despedida

Después de 60 días de lucha, que incluyeron 40 días de aguante frente a la fábrica, los despedidos de Ecotermo levantaron la carpa. En estos dos meses, protagonizaron una batalla incansable por la reincorporación de los despedidos y el cese de suspensiones y despidos. El punto culminante fueron las jornadas en la puerta de la planta en las que los despedidos, con el respaldo de distintas organizaciones populares, paralizaron la circulación de camiones y bloquearon el aprovisionamiento de materiales y el reparto de los productos de la empresa.

No fue suficiente

Esta enorme tarea no logró revertir el cuadro interno de la fábrica, sometida a un régimen de terror. Los aprietes, amenazas y persecuciones fueron corrientes. Pero lo que terminó de inclinar la balanza en favor de la patronal es la burocracia. La UOM local armó el dispositivo (con la luz verde de los patrones) para quebrar la huelga.

Los despidos, que se concentraron en los compañeros más combativos, eran el paso inicial para destruir la organización interna. El paso siguiente fue impedir que los delegados, que durante los últimos tres años estuvieron al frente de la comisión interna, se presentaran en la elección gremial que tuvo lugar en ese mismo periodo. Esta comisión interna era un freno a los abusos de la patronal y se insinuaba como una referencia ‘molesta’ dentro del gremio. En un acto plagado de irregularidades, la seccional excluyó a los compañeros (no los oficializaron como candidatos) y consagró ganadora a una lista con elementos afines. Así se logró  dividir las filas obreras y establecer un cordón sanitario entre los despedidos y la mayoría de los trabajadores. Las muestras de solidaridad y apoyo hacia los despedidos por parte de numerosos compañeros no alcanzaron para romper este bloqueo.

Este papel artero y nefasto de la UOM seccional pudo prosperar porque la burocracia, hasta ahora, logró mantener bajo su control la creciente inquietud que se registra en el gremio de la zona. Los despidos de Ecotermo son parte de la primera oleada de suspensiones y cesantías que tuvieron lugar en la etapa final de 2008. La burocracia actuó como bombero en todos los conflictos que se insinuaron, aunque cada vez le costó más trabajo concretarlo. Uno de los puntos culminantes ocurrió en Meca Castelar, donde la UOM se vio sorprendida por una votación adversa en asamblea general que rechazó el plan de suspensiones y vacaciones adelantadas; tuvo que remar bastante para revertir la resolución de asamblea.

Conclusiones y perspectivas

Aunque este desenlace traiga un sabor amargo, el capítulo abierto con la lucha de Ecotermo no termina. Empieza a hacer agua el discurso de la UOM sobre el carácter “pasajero y acotado” de la crisis. El fracaso de la burocracia está a la vista y el primer resultado también: pocos días después del levantamiento de la carpa, los trabajadores de Envases del Plata fueron al paro ante el despido de seis compañeros.

El camino de la resistencia, la huelga, la acción directa trazada por los compañeros de Ecotermo se está revelando como la única perspectiva realista. Los despedidos van a seguir organizados. No se van con la cabeza gacha. El levantamiento no es una despedida. Ya programaron nuevas medidas de lucha. Los compañeros de Ecotermo, como ellos mismo lo reconocen, hicieron un ‘curso acelerado’ en estos dos meses de conflicto. Descubrieron quiénes son sus aliados y quiénes sus enemigos.

Pablo Heller