Políticas

20/4/2000|663

Devaluación, dolarización

Julio Nudler, de Página 12 (15/4), denuncia la existencia de un plan “D+D”que procedería a devaluar el peso para reducir en forma drástica los llamados costos laborales, para luego ir a una estabilización de la economía mediante una dolarización. Los lectores de Prensa Obrera conocen este planteamiento desde hace mucho tiempo, aunque desde estas páginas no hemos revelado ningún plan sino una realidad más sólida: ni la burguesía argentina ni su Estado tienen la solidez para asegurar una devaluación ‘ordenada’, o sea que no lleve a una fuga de capitales y a una hiperinflación. Una devaluación debería estar acompañada por una renegociación de los contratos pactados en dólares, que debería ser arbitrada por el Estado, lo que éste difícilmente podría hacer sin atacar a los principales especuladores. También debería imponer un control de cambios y una postergación sin fecha por lo menos del pago de la deuda externa. Lo que sí ocurrirá es que el gobierno buscará un acuerdo con el FMI para proceder a devaluar, y que éste le impondrá la dolarización de la economía como en Ecuador.


Pero a la luz de la crisis financiera internacional, ¿funcionaría la dolarización? De ninguna manera, porque esta crisis plantea el problema de una devaluación del dólar y, por lo tanto, una tendencia a abandonar el dólar por parte de los especuladores internacionales y en especial por Europa y Japón. Los países que dolaricen pasarían a sufrir una gran sequía monetaria, o sea falta de crédito y hasta de circulante para los movimientos comerciales. La alternativa a la crisis capitalista es el control obrero, la confiscación de los especuladores y el gobierno de los trabajadores.