El intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, anunció que reducirá en un tercio las horas de trabajo y en consecuencia el salario de medio centenar de trabajadores municipales. Es para ejecutar medidas de ajuste como esta que sancionó la “emergencia sanitaria” en el distrito.

El Concejo Deliberante, a su vez, viene de aprobar, a fines de abril, un nuevo impuesto del 1% sobre las ventas brutas del rubro farmacéutico, que incluye también productos de higiene, perfumería, insumos relacionados a la salud y medicamentos. Como oportunamente denunciamos, tal medida la paga el pueblo trabajador porque las empresas trasladan el gravamen a los precios de los productos, que son más esenciales que nunca en medio de la pandemia.

Esta política de ajuste es la misma que vienen llevando a cabo los intendentes de toda la provincia, y el propio gobernador Kicillof. Las disputas entre unos y otros por los fondos tienen como rehén a los trabajadores estatales bonaerenses. El hilo se corta por lo más delgado.

Por eso insistimos en reclamar la apertura de los libros contables del municipio, y de las grandes empresas concesionarias como el Howard Johnson radicado en las Termas, para dar cuenta del manejo real del presupuesto y poner a los trabajadores por delante de los negociados. Además, planteamos que para afrontar la crisis sanitaria se estipule un impuesto a los grandes terrenos ociosos del distrito.

Es necesario organizar asambleas en todas las dependencias para pelear por la estabilidad laboral de los municipales, un aumento salarial de emergencia y la actualización por inflación. Exigimos también un presupuesto de emergencia para el hospital municipal San Roque, bajo control de sus trabajadores, para garantizar las condiciones de higiene y cuidado adecuadas.

Rechacemos el recorte salarial del intendente Etchevarren.